Existe una america latina
3. por suspaisajes, las personas también eran diferentes a lo que se conocía, no era eleuropeo tradicional, ni el africano, ni el indio, era una nueva “raza”. Sin embargo,este término no está del todo acertado, así como algunos lo han dicho “… Si,pues, somos antiguos geológicamente y también en lo que respecta a latradición, ¿cómo podremos seguir aceptando esta ficción inventada pornuestros padres europeos,de la novedad de un continente, que existía desdeantes de que apareciese la tierra de donde procedían descubridores yreconquistadores?...” (José Vasconcelos Calderón, México, 1925), pues larespuesta es sencilla, si bien no somos un “Nuevo” continente, en términos, silo somos bajo el punto de vista de la aparición de una nueva era.Como una respuesta a nuestra interrogante, están todos nuestrospueblos y encada una de las corrientes que han surgido en ellos, no originales de todopunto de vista pero si con nuestras tendencias a ver lo hermoso y maravilloso,a creer en la magia y en la felicidad dentro de este mundo, a ver a la naturalezacomo algo indomable e imponente, al sentirnos educadores de nuestro propiopueblo, a estar siempre abiertos a las situaciones, como un recuerdo de lo quefue elmestizaje. Pero al mismo tiempo, nos ha llevado a una especie de atraso,a ver algo que en otras culturas ya se había olvidado, lo que nos lleva a unllamado Tercer Mundo. Y sin embargo sólo podemos decir esto deLatinoamérica, porque ¿qué ocurre con Norteamérica?, ¿por qué entre ellos nosurge la pregunta de identidad? El simple hecho de preguntarnos quiénessomos nos hace un grupo distinto a losdemás, adheridos al resto del mundo,conectados, pero siempre diferentes. Porque no nos sentimos sólo americanos,sino Latinos Americanos, nuestra vida es América Latina y es eso lo que noshace diferentes, es ese sentir de lo que somos, sin un único nombre, lo que nosdefine.Hemos sido parámetro para el mundo, para que éste progresara, así ha sidodesde que Colón pisó por primera vez nuestras Tierras. Sinembargo, si nosdetenemos un segundo, bajo una perspectiva fuera de los problemas
4. mundiales, avanzamos con más lentitud que otros países. Nos proponemosuna meta, pero que luego de un tiempo se convierte en un sueño, entramos enlo que llamamos una utopía. Un sueño de ser libres, algo que siempre hemosquerido, y hemos obtenido de muchas formas, pero cada vez que nosenfrentamos a la libertad,regresamos al punto de partida, porque solemosimitar políticas de otros países y al ponerlas en práctica caemos de nuevo. Nonos damos cuenta de que debemos ser originales en algo más que en nuestrosentido de búsqueda. Como ya se ha dicho: “… La „búsqueda‟ de la identidadno es un ejercicio neurotizante o estéril; tiene que ver con el compromiso delintelectual latinoamericano, a la hora de plantear...
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