existencia fugaz

EXISTENCIA FUGAZ (1916)

Sigmund Freud psiquiatra. austriaco (1856-1939),
causó un enorme revuelo en la conservadora sociedad europea de finales del siglo pasado cuando formuló su teoría sexual de la neurosis. las conclusiona.1; iA Freud en
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"Hace algún tiempo, emprendí una caminata por un florido paisaje
veraniego en la corripañ ía de un amigo silencioso y de un poeta joven, ya
famoso. La belleza de la naturaleza a nuestro alrededor, llamó la atención
del poeta, pero sin que gozara de ella, le molestó la idea de que todo lo
bello estaba destinado a la desaparición, quese habría desvanecido en el
invierno; y de la misma manera se extinguiría toda la belleza humana y
todo lo bueno y lo noble que los hombres habían creado y podrían crear.
También todo lo demás que se podría amar y de lo cual uno se podría
maravillar, le parecía que quedaba devaluado por su existencia fugaz.
Sabemos que dos sentimientos opuestos pueden producirse a raíz de
esta preocupaciónpor la caducidad de todo lo bello y lo acabado; uno
conduce al penoso hastío del mundo del poeta joven, y el otro a una
rebelión contra la realidad presente.
Parece imposible que todas estas bellezas de la naturaleza y del arte,
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de nuestros ámbito sentimental y del mundo ajeno, de hecho pueden
deshacerse en la nada. Creerlo, parecería demasiado irracional y demasiado
perverso; dealguna manera deberían seguir existiendo, separadas de todas
las influencias destructoras.
Sabemos sin embargo que este requisito de eternidad es un producto
de nuestros deseos, y no puede exigírsele valor real; también lo doloroso
puede ser verdadero. No podría decidirme a poner en tela de juicio la
fugacidad general, sin hacer una excepción para lo bello y lo a;abado; sin
embargo, contradijeal' poeta pesimista, cuando decía que la existencia
fugaz de lo bello, traería consigo su desvalorización.
Por lo contrario, incrementé su valor; dentro del tiempo el valor de
la fugacidad se convierte en valor de escasez, el valor se refuerza por la
limitación de la posibilidad de gozo; declaré que me era incomprensible
que el pensamiento sobre la fugacidad de lo bello, amargase nuestra'felicidad. En cuanto a la belleza de la naturaleza, después de cada destrucción
invernal regresará al año siguiente, y este retorno se puede calificar como
eterno, en comparación con la brevedad de nuestra vida. Vemos desaparecer para siempre dentro de nuestra propia vida la belleza del cuerpo humano y del rostro, pero esta existencia corta suma algo nuevo a esos encantos.
Si existe una flor queflorece sólo- por una noche; no por eso nos
parece menos preciosa. No pod ía comprender tampoco, porqué la Iimitación temporal desvaloriza la belleza y lo acabado de una obra de arte o de

un logro.

.

.

"

.

Puede ser qtre venga un tiempo en que los cuadros y las estatuas que
admiramos hoy en día, habrán decaído; o quizá después de nosotros,
venga una estirpe de hombres que noentienda las obras de nuestros poetas
y pensadores; o una época geológica, en la cual todo lo vivo en el mundo
será silenciado. El valor de todo lo bello y lo acabado se determina sólo
por su significado para nuestra vida sentimental; no necesita p~rdurar más
allá de. ella y. por ende, es independiente de una maduración absoluta.
Consideraba qu'e estas conclOsiones eran intocables. pero me dicuenta que no habían impresionado al poeta ni al amigo. COr:Jcluíque este
fracaso se debía a la intromisión de un momento fuertemente afectivo,
que empañaba sus juicios. Debió haber sido la rebelión del alma contra el
luto, lo que desvalorizó su gozo por lo bello; imaginarse que esta belleza
era pasajera, dio a estos hombres sentimentales un sabor del luto que
sentirían por su desaparición; y...