Existencia

Almas pasadas.
La segunda guerra mundial ya empezó a estallar, de a poco se veían las calles cada vez más tristes y vacías, todo estaba quedando desolado por el miedo y la angustia a causa de la crueldad humana. Los barcos partían con apuro al miedo de ser atrapados, miles de mujeres quedaban esperando en el puerto, muchas se iban creyendo nunca encontrarse con sus cercanos, pero solo una sequedo para siempre esperando todo el tiempo, no ha que volviera a quien quería, mas bien, el mar le hacía compañía.
Alfred era hijo de médico judío, y estaba terminando sus estudios para también serlo, con solo 28 años de edad, tenía muchas cualidades y una de ellas era el arte, asistía durante toda la semana a una clase donde todavía no se rechazaban los judíos, fue ahí donde conoció a Anna ocomo él le decía “Pope” por sus estrafalarias formas de sentarse, era hija de madre francesa y padre español .Se mudo a Alemania junto a su “marido”, un déspota manipulador quien la obligo a contraer matrimonio, su madre, sin más remedio la dejo ir. Se instalo en una casa muy bien acomodada pues Egmon, su marido, era un Gruppenführer nombre designado a los Teniente Coronel de la  Wehrmacht, queera las fuerzas armadas unificadas de la Alemania nazi. Sabiendo sus cualidades la inscribió en unas clases de arte para que pudiera hacer algo en el tiempo libre, lo cual asistía con mucha frecuencia y paso a ser la ayudante de su profesor.
Cada clase, Alfred, observaba a Anna, la retrataba y la retrataba siempre fijándose en sus ojos almendrados color miel…
-Alfred..Alfred!! Hombre despierta!Esta como hipnotizado! Que pasa!-le dijo el profesor
-Disculpe, solo observaba…
-No, no te preocupes, entiendo, al parecer el amor el más fuerte, solo te digo que andes con cuidado, Alfred tu sabes, estamos en una situación muy grave, cada vez empeoran más las cosas y yo se que te van afectar mucho mas a ti en un tiempo más, procura no mantener ningún tipo de relación con ella, tu sabes que estácasada con Egmon, el nazi...
-Si lo sé, pero no me quedare de brazos cruzados, porque perderé mi libertad de transar alguna palabra con ella por ser judío, no quiero decir que la quiero provocar ni nada, pero no sé…profesor…pero hay algo en ella que me llama la atención…son sus ojos, su forma de ser, es tan exótica, extraña, su manera de sentarse, es una chica curiosa!
-ay hombre! Entiendo...note lo estoy prohibiendo, tu sabes que soy una persona discreta y te tengo un afecto especial, por algo sigues en mis clases, pero solo te estoy avisando…
Caminando de noche, en pleno invierno, por las frías calles de Alemania. Hundido entre la angustia y la tristeza por la incansable necesidad de estar con ella. Que haría por salvarla de Egmon, todos sabían cómo era, un hombre conflicto,ambicioso, insensible…era para estar ciego el no ver el maltrato hacia su esposa. Pero nada podía hacer, era una época donde no había respeto hacia los judíos, solo con ser judío era una desventaja enorme, y más si se acercaba a la esposa de un Gruppenführer ,era un suicidio inmediato. Sentía que no había salidas por todo lo que sentía.
Al día siguiente asistió a su clase, como de costumbre, pero no conla misma vitalidad de siempre, algo estaba mal
-Alfred..Disculpa, hola, se que me conoces, ajaja claro, estamos en la misma clase, he observado algunos de tus bosquejos, te felicito, al parecer soy una gran inspiración para ti jajaja-dice Anna y extendiendo su mano.
Algo sonrojado y sin saber que decir ni que hacer se queda en silencio.
-Aaah! Perdón, estaba algo concentrado, emm si, bueno laverdad es que si, me gustan mucho tus ojos, con mucho respeto, me llaman mucho la atención…son algo místicos.
- Muchas gracias, ¿Te molestaría que nos juntáramos mañana?, me gustaría presentarte algunas obras mías, si es que te acomoda.
-Si, por supuesto, siempre que no haya inconveniente.
Al día siguiente ambos se reunieron en el café “Rest”. La química entre ambos era resplandeciente,...