Experiencia con muerte

EXPERIENCIA DE AMPARITO GARAY (1.972)
Hebreo 13:8.
Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos.

Yo era una religiosa, mi madre me enseño a serlo; éramos 13 hijos y yo la menor. Mi madre nos enseño a ser religiosos, para que nosotros se lo enseñáramos a nuestros hijos, y así como una cadena. Realmente yo era una religiosa amargada, mi cabeza estaba llena de religión, pero mi corazónestaba huérfano de la verdad que es Cristo.
Tenía muchos títulos, era mal criada y vanidosa, mentirosa, injusta, creía que detrás de unos títulos podía engañar a DIOS y no era así.
Me casé a muy temprana edad buscando la felicidad en el matrimonio, por que la religión no me la pudo dar, y mi matrimonio fue un INFIERNO, porque Cristo no era mi invitado de honor en mi hogar.
A los nueve meses demi primer embarazo me ataco en el centro de mi pecho una ampolla, y esa ampolla se reventó, y aquel liquido se regó y me creo más ampollas, y la ampolla reventada creó una yagareta que me produjo un dolor en todo mi cuerpo; era terrible y fue donde el médico me examino y me dijo que yo tenía el mal conocido como la Culebrilla Negra, un virus tropical, terrible y peligroso. Cuando el médico medijo esto, inmediatamente dijo: yo no te puedo someter a ningún tratamiento, ya que tu parto esta tan próximo y los medicamentos pueden afectar a la criatura, así que vete a tu casa y espera pacientemente tu parto, y cuando hallas salido del, trataremos cuidadosamente tu enfermedad, para contrarrestar el virus, porque mientras tanto yo no me arriesgo, me dio una pomada y me envié a casa.
Una nocheyo estaba muy a dolorida, yo no soportaba aquello, mi vecina que era religiosa, como yo, me dijo: Amparito vete a donde fulana de tal, y ella es curandera y ella te va a sanar, ya ha sanado a muchos.
Yo fui a la casa de esa curandera a las 10:35 de la noche, ya ella se iba a acostar, pero yo estaba tan desesperada que allá mismo me levante mi ropa, para que ella viera lo que tenía en mi pecho ymi espalda; entonces tomo y me acostó sobre su cama y corrió a buscar una tinta violeta, unas plumas de gallina y unas velas, y las encendió y en medio de unos rezos esta mujer iba escribiendo con aquella pluma y la tinta violeta unas oraciones al derecho y al revés sobre aquel yaguero horrible que había en mi pecho y espalda, yo sentía que me lastimaba, pero aquella anciana me aseguraba a mí queen esa misma noche se iba a empezar a secar aquel mal, y yo muy confiada lo creí así. Me envío a mi casa y aquella noche fue una de las más terribles de mi vida; cuanta fiebre, desesperación, ansiedad y escalofrío; yo no podía dormir, no soportaba aquella situación; cuando amaneció fui inmediatamente donde el médico que me estaba atendiendo y cuando me examinó y yo le relaté lo que me habíasucedido, puso su mano sobre su cabeza y me dijo: ahora menos que nunca me atrevo a hacer algo por ti; aquella pluma de gallina estaba sucia, mujer, y transmitió ahora unas bacterias a ese mal, que tu tienes, y en este momento eso esta todo infectado. Yo sentía que mi carne se podría encima de mí, y me dijo: vete a tu casa, te falta poco, espera, no te desesperes, espera. Me fui a mi casa, aquellosdías se me hacían largos y oscuras las noches. Un 19 de octubre de 1.972 a eso de las 7:35 de la noche me atacaron mis dolores de parto, fuertemente; y fui donde un médico, y aquel médico lleno de compadecían y cariño me mando directamente a la sala de parto, él quería tratar directamente con mi parto.
Transcurrieron las horas y la criatura no acababa de nacer, y tuvieron que amarrar mis brazosy mis pies, porque terrible era el dolor de mi parto, pero más terrible era la comezón desesperante que había en mi pecho y espalda. Yo decía: DIOS mío ayúdame, DIOS mío ayúdame; pero yo había conocido a un Cristo crucificado que no tenía vida, muerto, y yo veía aquel Cristo que necesitaba más ayuda de mí, que yo que Él. Todo flácido, pálido; tenía ojos pero, no podía ver; tenía oídos y no me...