Experiencia en mi escuela
DE LOS VALORES.
Nuestra escuela se encuentra ubicada en el centro de la cultura fronteriza, es el ombligo de las colonias de clase medianamente baja, situada sobre una calle muy transitada por malillas y ladrones, expuesta a ser caballete de grafiteros.
Es un edificio de antaño,en donde se mezclan las nuevas tecnologías con el adobe viejo de las paredes, es la más pequeña de Ciudad Juárez , donde no hacen eco los gritos de los niños, donde no hay cancha que reciba goles, donde las botellas vacías de jugos azucarados se vuelven pelotas.
Una escuela que en un tiempo fue reformatorio, y al igual que otras, lleva consigo leyendas mal contadas.
La hemos visto crecer, conel paso del tiempo quienes trabajamos aquí, nos dimos cuenta porque es tan pequeña, ! para que te quepa en el corazón!.
Laboramos en ella seis profesoras de grupo, una directora, un profesor de educación física y un conserje, y en el puestecito una señora, que olvidando el tamaño de la escuela despierta con sus deliciosos guisos el apetito de los niños en todos los salones. Contamos también conlos padres de familia que se comprometen con la diminuta escuela de sus hijos, esos niños que nunca escapan a la mirada de las maestras, pues no existe un enorme patio o tan siquiera un árbol que oculte sus travesuras.
Siendo una escuela tan pequeña, no contábamos con espacio designado para biblioteca, de pronto un día, se nos presentó una gran oportunidad de realizar un sueño que parecíainalcanzable, tener nuestra biblioteca. Es aquí donde empieza nuestra aventura literaria.
Se presentó la oportunidad de comprar un pequeño terreno contiguo a la escuela, habíamos entrado al PEC y nos vimos beneficiados económicamente, para ese entonces, la institución contaba únicamente con 6 salones de clase, una pequeña tiendita, los sanitarios de los niños y los de las niñas, además de unadirección que por cierto compartíamos los dos turnos pues cabe mencionar que se trabajan dos turnos, llevan el mismo nombre pero diferente clave estatal. Como fuimos las dos escuelas en ingresar al programa se nos premió y coincidimos en comprar un terreno contiguo a la escuela, con la finalidad de ampliarnos y construir una biblioteca. Se realizaron los trámites correspondientes, que fueron demasiadoscomo, licenciados, avalúos, papeleo, entre otras cosas. La adquisición se realizó, cuando por fin el gobernador lo autorizó.
Lo siguiente fue la remodelación de esta propiedad, se tuvo que escarbar para bajar el piso y poder darle cabida a una especie de tapanco ó segundo piso donde actualmente tenemos nuestro centro de cómputo, y en el piso de abajo la biblioteca y sanitarios.
El trabajo quele siguió a esta remodelación fue la instalación eléctrica, meter el gas natural y drenaje, acondicionamiento de aire y calefacción, alfombrar las escaleras y herrería para proteger a nuestros niños.
En esos momentos esto parecía que no terminaba, por fin se entregó la obra, era el momento de amueblar.
Seguíamos en busca de cotizaciones pues con todo esto ya parecíamos expertas en precios.Fue un carpintero que trabajó en la misma biblioteca y en un tiempo verdaderamente aceptable nos hizo nuestros preciosos libreros. Compramos cuatro mesas cada una para diez personas y sillas dobladizas. Todo listo, ya teníamos la biblioteca, pero ¿Los libros?
En la dirección de la escuela, entre el olor de libreros nuevos y cables sueltos de aparatos recién comprados, se encontraban tres cajascon la leyenda “ Biblioteca escolar”, y en su contenido libros para todos los grados, a pesar de estar revueltos informativos, literarios, pasos de luna, al sol solito etcétera, aún así se mostraba como un gran banquete para los niños que por alguna razón entraban a la dirección, algunos los miraban de reojo, como queriendo desnudarlos con la mirada y otros más atrevidos dejaron pasar sutilmente...
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