Experimentos psicologia

¿LA LOCURA COMO ETIQUETA?
David Rosenhan

Los psiquiatras suelen padecer cierta enfermedad profesional que podríamos llamar 'compulsión al diagnóstico', y que, como lo muestra este artículo que explica algunos experimentos de Rosenhan, hace que no pueden evitar repartir generosamente etiquetas de 'loco', 'demente' y otras por el estilo.
En una escena de la serie Los Simpson, en unmanicomio, aparece un psiquiatra poniéndole a papá Simpson un sello en la frente que lo hizo tambalear, y que rezaba algo así como 'insano' o 'loco'. Como todo chiste, se había acercado bastante a la realidad y la historia que hoy contaremos, absolutamente verídica, muestra hasta qué punto pueden ser arbitrarios y antojadizos los diagnósticos que hacen los psiquiatras acerca de las personas quecaen bajo su influencia. Años atrás, un psiquiatra llamado David Rosenhan hizo en los EEUU un curioso experimento, cuyos resultados fueron luego publicados en 1973 por la prestigiosa revista 'Science'.
Empezó por seleccionar a ocho personas de variadas ocupaciones y sexo (había entre ellos, por ejemplo, un vendedor y una ama de casa). Se cuidó de que todos ellos fueran mentalmente sanos, opor lo menos lo suficiente como para no justificar ninguna internación. Gente como uno, en pocas palabras.
Todos ellos aceptaron de buen grado someterse a un experimento que consistía en lo siguiente: debían llamar a alguna clínica psiquiátrica manifestando la necesidad de ser atendidos porque 'escuchaban voces', y estaban muy preocupados. Salvo los directores de las clínicas seleccionadas,nadie sabía que los 'pacientes' que finalmente internaron no eran tales: ni los psiquiatras, ni los psicólogos, ni las enfermeras ni el resto del personal. Es decir, a nadie se le habló de experimento alguno.
Los ocho audaces fueron internados. Fueron inmediatamente entrevistados y salvo en sus síntomas de 'escuchar voces' y en sus nombres y apellidos, en todo lo demás dijeron la verdad:historia familiar, hábitos y costumbres, cantidad de hijos, ocupación, etc.
Obviamente, al principio estas personas mostraron cierto nerviosismo: nadie puede estar muy tranquilo internado en calidad de loco en una clínica psiquiátrica, pero luego se empezaron a comportar normalmente, e incluso manifestaron que ya no oían más voces. De hecho, Rosenhan les dijo que dentro de la clínica debíancomportarse como personas totalmente normales y, en efecto, todos ellos cooperaron con las medicaciones (en lo posible sólo simulaban tomarlas), con las sesiones de psicoterapia, etc., mostrándose colaboradores en todo.
Fue pasando el tiempo, y al cabo de un lapso aproximado de entre una semana y un mes, todos ellos fueron siendo dados de alta: de hecho se comportaban normalmente y no habíanvuelto a escuchar voces. Pero resulta que para dar de alta a un paciente, el cuerpo médico debe elevar un informe donde también ha de figurar el diagnóstico, y en todos los casos, la etiqueta que recibieron estos pobres normales fue la de ¡esquizofrénico en remisión!, o sea un esquizofrénico cuyos síntomas han cedido momentáneamente, pero que podrían volver a aparecer.
Hubo una solaexcepción: uno de los ocho pertenecía a una clase social alta, y la etiqueta que recibió fue la de 'psicosis maníaco-depresiva', una enfermedad grave como la esquizofrenia pero con mejor pronóstico en cuanto a que cada nueva crisis no deteriora al sujeto en forma irreversible. Moraleja: los pobres son esquizofrénicos, mientras que los ricos solamente maníaco-depresivos. ¿Quién dijo que la enfermedad nodaba status?
Como dato curioso, uno de los pseudo-pacientes había manifestado en las entrevistas que alguna vez le pegó a su hijo porque había hecho una macana grande. En una palabra, como cualquiera de nosotros podría haberle pegado a su hijo alguna vez. Pues bien, en el informe psiquiátrico apareció otra cosa parecida pero distinta: el sujeto en cuestión presentaba 'tendencias agresivas...