exposición

Corría el año 1049 para el floreciente Imperio Tolteca. En la ciudad se levantaban grandiosos palacios e imponentes teocallis. Era el reinado de Papantzin, el Rey Justiciero y melancólico que padecía extraño mal.
En el inmenso salón de su soberbio palacio el Rey daba sus audiencias rodeado de sus ministros y sacerdotes; dictaba sus órdenes y disponía sus ejércitos mientras sus bellísimasesclavas lo abanicaban con ramas de palmeras y quemaban incienso. 
Éstos eran los únicos momentos de actividad y cordura del monarca, pues invariablemente luego de despachar lo asuntos de su reino, gustaba de quedarse solo, triste y pensativo, suspirando profundamente bajo el dosel de su trono. 
El Rey padecía gravemente, lo sabían sus cortesanos y su pueblo; sacerdotes, ministros, astrólogos y magosse reunieron para buscar el remedio a los males de su señor pero nada funcionó. El Rey empeoraba visiblemente y muchos temían por su vida.

El la capital del Reino de Tollán vivía un anciano llamado Topehuetl, quien tenía una bellísima hija llamada Xóchitl (flor). Padre e hija se dedicaban al cultivo de un pequeño huerto donde cultivaban magueyes. 
Un día, Xóchitl notó que de las heridas hechasa las hojas de los magueyes brotaba un licor cuyo sabor encontró muy agradable. Contó el suceso a su padre y entonces idearon la manera de recoger ése exquisito jugo.
Desgajaron el corazón de un maguey, le hicieron una perforación en el centro y descubrieron que al cabo de un poco tiempo aquel recipiente natural se llenaba del preciado jugo. Desde entonces lo recogían regularmente y losaboreaban con verdadero deleite. Al jugo lo llamaron neutli (licor blanco) y después de tomarlo creyeron sentirse poseedores de una mayor vitalidad.
Hasta sus oídos había llegado la noticia de la extraña enfermedad del Rey; entonces Tepehuetl y Xóchitl pensaron que quizás el delicioso neutli podría devolverle al monarca la salud perdida y acordaron ofrecérselo.

Estaba Papantzin en el salón de supalacio, sombrío como de costumbre, con los ojos fijos en el suelo y los brazos cruzados sobre el pecho. Los incensarios no ardían y las esclavas, echadas a sus pies, no se atrevían a moverse.
Entra un paje ricamente ataviado, hace una solemne reverencia a su Rey y le dice:
-Señor, la bella Xóchitl, hija muy amada de los dioses está a las puertas de vuestro palacio y espera os dignéis recibirla. Traeconsigo un licor maravilloso con el que asegura vuestra majestad se curará de sus males. ¿Qué le contesto a la bella Xóchitl?
-Que pase -dijo el Rey con voz desfalleciente.
Y la hermosa doncella apareció momentos después en el salón. El monarca quedó deslumbrado ante la belleza de sus ojos negrísimos, de su abundante cabellera y de su cuerpo gentil tocado con una blanca túnica de lana bordadacon finísimas plumas multicolores.
Ante la belleza virginal de Xóchitl, el Rey se levantó presto de su trono, sus ojos brillaron de alegría y una sonrisa jubilosa se dibujó en sus labios.
Tendió una mano a la doncella y la llevó hasta cerca de su trono.
-Señor -dijo la joven- probad éste licor maravilloso que los dioses me han prestado. Tomadlo que seguramente os devolverá la salud perdida.
YPapantzin bebió  el neutli con gran delicia sin dejar de contemplar  a la bella Xóchitl, sintiendo que  la tristeza huía de su alma y daba paso a la alegría que brillaba en sus ojos, y al amor que anidaba en su corazón.
Los sacerdotes, ministros, cortesanos y vasallos entonces admiraron la repentina salud de su Rey, dieron gracias a los dioses y llamaron al neutli licor sagrado.
Poco después elRey desposó a la bella Xóchitl y por mucho tiempo fue la soberana del floreciente Imperio Tolteca.

ace muchos años que un noble ambicioso le quitó el trono al rey de una poderosa nación. Un día se paseaba en unión de su joven esposa, con quien llevaba dos días de casado, en un elegante carruaje tirado por cuatro soberbios frisones, cuando se le acercó una pobre mujer llorando, mas con tanta...