extracto cien años de soledad
La versiónoficial, mil veces repetida y machacada en todo el país por cuanto medio de divulgación encontró el gobierno a su alcance, terminó por imponerse: no hubo muertos, los trabajadores satisfechos habíanvuelto con sus familias, y la compañia bananera suspendía actividades mientras pasaba la lluvia. La ley marcial continuaba, en previsión de que fuera necesario aplicar medidas de emergencia para lacalamidad pública del aguacero interminable, pero la tropa estaba acuartelada. Durante el día los militares andaban por los torrentes de las calles, con los pantalones enrollados a media pierna, jugandoa los naufragios con los niños. En la noche, después del toque de queda, derribaban puertas a culatazos, sacaban a los sospechosos de sus camas y se los llevaban a un viaje sin regreso. Era todavíala búsqueda y el exterminio de los malhechores, asesinos, incendiarios y revoltosos del Decreto Número Cuatro, pero los militares lo negaban a los propios parientes de sus víctimas, que desbordaban laoficina de los comandantes en busca de noticias. «Seguro que fue un sueño», insistían los oficiales. «En Macondo no ha pasado nada, ni está pasando ni pasará nunca. Éste es un pueblo feliz». Asíconsumaron el exterminio de los jefes sindicales.
La vida ahora pretende imitar el arte, pero la nueva compañía de "Bananos Maduros" no contaba con los medios que no están a su alcance...
Extractos delcapítulo XV, al año de la llegada del "nuevo Aureliano", cuando "la tensión pública estalló sin ningún anuncio"
Muchos años después, ese niño había de seguir contando, sin que nadie se lo creyera,que había visto al teniente leyendo con una bocina de gramófono el Decreto Número 4 del Jefe Civil y Militar de la provincia (...) [que] en tres artículos de ochenta palabras declaraba a los...
Regístrate para leer el documento completo.