Extracto de libro de fantasía

La oscuridad lo engullía todo. La nada. Consumido y corrupto. Las sombras ocultaban ese gran reino, el reino temido por todos, un miedo ancestral, contrapuesto a la claridad de lasgrandes planicies. El lugar donde la pequeña Charlotte había llegado era lúgubre y oscuro. La mano de su captor la soltó bruscamente, y la niña intentó alejarse de él. Su presencia erahostil, y sus visiones, aún más tenebrosas. La mano había dejado un rastro de sangre en sus ropas, sangre inocente derramada por aún desconocidas intenciones.
Astaroth la miró un momento.Su sala estaba tenuemente iluminada por las velas de fuego azul, pero aún suponía que la niña sólo veía penumbra y sombras. El efecto se revocaría en unos momentos.
Su gran salón deltrono era un espacio tranquilo, pero rebosante de poder. Las grandes columnas, con serpientes talladas en sus fustes, imponían el respeto de sus súbditos. Y ahí estaba, su exuberante trono,el centro de su mando, donde el mundo giraba en torno a su melodía.
El gran demonio se observó sus manos. Aquel incidente era irreversible. Matar humanos no está en nuestra naturaleza,como al parecer los congéneres de la niña pensaban. La sangre era aún fresca, incluso unas gotas caían. Volvió a alzar la mirada al escuchar un ruido. La niña se había caído en unintento de levantarse. Su cuerpo estaba débil, y su mente, frágil. Astaroth se acercó a ella. Charlotte volteó su cabeza, y enfocó sus grandes ojos azules en el demonio. En ese encuentro, suspupilas se dilataron, y poseída por el horror, trato de arrastrarse lo más lejos de aquel ser. Astaroth la volvió a mirar, consternado por su pecado. Esto no tendría que haber pasado.No intentó acercarse a la niña, pues ya sabía el resultado. Aún con edad suficiente para comprender su entorno, Charlotte estaba demasiado frágil para entender que estaba pasando.