Extranjero

Esta semana leo con alivio en las noticias referidas a nuestra comunidad que el hombre que fue agredido el viernes de la semana pasada por un menor cuando se encontraba durmiendo en un cajero de laciudad de Alicante permanece en coma en la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital General de Alicante, pero su estado mejora. Se trata del intento de asesinato de un mendigo, uno más de los que hanido poblando la crónica de sucesos en España en los últimos años, casi siempre a cargo de adolescentes.

De todas las formas de crimen, sin duda las que no parecen tener objeto son las que más nosdesconciertan y nos sumen en un estado de profunda inquietud. Estoy refiriéndome a la violencia cuyo único fin es causar daño, provocar el sufrimiento ajeno o la muerte de la víctima sin que existadetrás un motivo económico o de venganza que nos permita comprenderlo, que no justificarlo. Esa actitud de "matar por que sí" viene reflejada por las pocas palabras que el joven de 17 años arrestado poreste hecho ha declarado. A pesar de que no quiso contestar a las preguntas que le realizara la jueza de menores encargada de instruir el sumario, con anterioridad, durante su estancia en la comisariade la provincia de Alicante, varios agentes explicaron que le escucharon decir que lo hizo "porque estaba harto de verlo allí todos los días". Otra de sus justificaciones fue que "le molestaba".Este tipo de individuos que parecen idiotas ante una mínima moral ya fue retratado de forma admirable por Albert Camus en su novela El Extranjero. En esta obra de pocas páginas pero llena de palabrasque hienden en algunos de los grandes enigmas del alma humana, Camus perfila a Mersault como el hombre que no tiene valores ni razones para dotar de sentido a la vida. Las cosas se tornan molestas oagradables, las personas son útiles o irrelevantes, sin que haya nada en ellas que le provoquen una auténtica comunicación humana. El célebre comienzo de la novela es del todo revelador: "Hoy ha...