Fabiana altobelli
mundo acerca del cual nuestros conocimientos son realmente escasos; luego la educación debería
brindarnoslas herramientas para poder avanzar y desarrollar nuestras capacidades, pero al no
cumplirse, todo esto se desvirtúa y en la etapa adolescente se genera un total desinterés por la
ciencia. Esincorrecto pensar que esto tenga un origen natural, lo que se debe analizar es cómo la
crisis socioeconómica del país, seguida del derrumbe de la educación, influyen en lo que hoy se ha
convertido en uncompeto rechazo por el conocimiento, no tan sólo científico sino general.
Si nos preguntamos ¿Cuándo se origina este desinterés?: finalizando la década del 60’ y a
comienzos de la década del 70’,estudios realizados por Eduardo D’Alessio, en la población
estudiantil de la escuela media, señalan una marcada pérdida de ese valor llamado “conocimiento”,
sin quedar excluido el científico. Losresultados obtenidos son realmente alarmantes por la
importante relación que establecen los jóvenes entre el éxito y el dinero, utilizando como puentes a
la viveza y los contactos.
Más tarde vino laTransformación Educativa, “Ley Federal de Educación N°24195”, cuya
implementación sin presupuesto, con criterios facilistas y permisivos conducen a la formación de
verdaderos ignorantes; como señalael rector de la Universidad de Buenos Aires, Guillermo Jaim
Etcheverry (Diario LA NACION , viernes 11 de abril de 2003): “muchos métodos pedagógicos
modernos no promueven que el chico aprenda [...]Se intenta que los chicos descubran las cosas por
sí mismos y así navegan a la deriva en su trayecto escolar”. Lo que se puede comparar con el
filósofo español Emilio Lledó: “La búsqueda excluyentede la utilidad y la profesión por parte de la
educación actual supone la muerte del saber y del conocimiento”.
se puede decir con total certeza que la instrucción científica en las escuelas no es...
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