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Pero su reto, ahora, no es menor. En un entorno que orilla a los negocios a innovar y a requerir de mentes ágiles que los lideren, pero también en el que hay más emprendedores o ejecutivos que pretenden sacar de las aulas las ideas disruptivas que les permitan romper con la rutina en susorganizaciones, este decano se mueve en una industria en que compiten 13,000 escuelas de negocios.
Con todo y ese reto a sus espaldas, se da tiempo de visitar a los colegas de la Egade Business School del Tecnológico de Monterrey. En las instalaciones de esta escuela, en Santa Fe, en la Ciudad de México, zona que retrata la abundancia y la pobreza, llegó desplegando su autoridad en materia denegocios.
Es un veterano educativo, ha pasado por tres escuelas, tiene un doctorado y ha escuchado (casi) todo sobre entrenamiento ejecutivo. Pero su longevidad no es la única razón por la que este economista de 61 años, meticulosamente cuidado, fluye en temas educativos y de management. Esa sensación de filosofía de negocios “sencilla de aplicar” que transmite es lo que invita a conocer más sobreél y saber qué tiene para compartir.
¡Llámame Ted!
Apenas empieza a conversar y suelta esta petición. “Edward… es tan largo.” En los negocios, como en la vida, las ideas que son tan largas, que requieren más tiempo para pensarse, cumplirse y transformar, no tienen cabida, menos en un escenario de fuerte competencia, propone Snyder.
“Si quieres buscar una estrategia para mejorarresultados, debes tener el foco en la gente. Eso sí, el colaborador, por su parte, debe entender que las compañías con un horario fijo, donde la fuerza de trabajo sale a las 6:00 pm, están de salida.”
Así, la primera reflexión que surge de la mente de este decano es que la regla del juego en el trabajo se llama “mentes compartidas”; es decir, crear un ambiente empresarial en que, si bien lagente labora más, lo hace con calidad y no por mero resultado y fechas límite, porque está en posibilidad de compartir sus retos.
Entonces la gente tiene otro reto: “encajar”, encontrar lo interesante de su trabajo. Es un objetivo más sustancial que económico, y en ese escenario hay que crear mentes compartidas. ¿Eso qué implica? (Es aquí donde quizás algunos lectores sientan que tienen muchopor aprender.)
Primero, disposición de la empresa para romper patrones de gestión heredados y hablar otro lenguaje al que no está acostumbrada. Segundo, dejar de guiarse sólo por un resultado de mercado. Lo que prevalece en la actualidad es la divergencia en números, en ingresos, ya que todo cambia de manera vertiginosa. “En esa volatilidad lo que queda es tu personal, si éste encuentrasentido a su trabajo. Eso ayuda a retener. Sin embargo, todavía hay un vacío entre actitud y lenguaje por parte de las empresas”, afirma Ted.
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Foto: Mario Hernández.
El momento de la verdad
Snyder asegura que el líder de una empresa, en que los objetivos se comparten, repite esa responsabilidad (armar redes para sacar buenos resultados) una y otra vez, en todos los niveles ycon los medios a su alcance, hasta que el colaborador lo adquiera (casi como un mantra).
Como lo han hecho otros gurúes de gestión, el decano de Yale advierte sobre la importancia de crear un sentido de misión en la persona. No se trata de mover las empresas con la gente que puedes pagar, sino con la que necesitas en realidad. Si el dinero no lo es todo y no siempre alcanza, lo valioso es que...
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