Fados
En “Fados”, se descomponen, saltan, de lorasgado por las guitarras. El director español inserta escenas de películas de fama por la canción, usa pantallas de fondo para plasmar una visita a Lisboa en plano secuencia, o imágenes de unatrayectoria. Recorre sensaciones e instrumentos, generaciones y épocas, con fascinantes aportes de destreza en requintos y mandolinas.
Otro esplendor reivindicado dentro de una pantallaes la consecución de la Revolución de los claveles, los cánticos para celebrarlo, las multitudes en festejos; coreado y cortejado por un fado. El esfuerzo de Carlos Saura dará a notar ydará popularidad a los “Fados”. Un mérito es la inmersión en la tradición de esta música, en sus influyentes trovadores; el acento en su conservación, en los cantantes actuales quienes loscustodian, se nutre de ellos, preservan sus etiquetas y ceremoniales.
La demostración cinematográfica se acomoda a la música, ésta es lo sustantivo, la provocadora de oleadas de emociones.La puesta en escena se supedita a lo teatral, en conciencia de estar dentro de un set, filmando las ejecuciones, agregando bailables, cruzando entre paneles. Los proyectos musicales deCarlos Saura derivan y (con) funden lo estricto cinematográfico, bordean el agotamiento. “Fados” es una de las producciones españolas dentro de la 50 Muestra Internacional de Cine.
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