FAJARDO SPÍNOLA S

UN PRODUCTO DE LAS RELACIONES ATLÁNTICAS:
LA CQNWRSISN
m PROTESTANTES
EN CANARIAS DURANTE EL SIGLO XVII

Conversiones -"reducciones"de protestantes al catolicismo hubo
en los reinos españoles, por supuesto, durante el siglo XVI. Pero a partir
de los primeros años del siglo XVII el carácter de esas conversiones
cambia: porque la presencia de protestantes en tierras hispanas está
regulada portratados internacionales y por disposiciones internas diversas; porque, en consecuencia, se producen las conversiones en el marco
de una menor beligerancia frente a los "herejes del norte"; pasan, por
tanto, a ser un mecanismo, no cotidiano pero tampoco extraordinario,
de integración de extranjeros en la sociedad española; y, finalmente, la
Inquisición va a darles una formalidad específica, distintade la de las
conversiones que se producían como consecuencia de un proceso de fe.
El cambio de actitud frente a los extranjeros protestantes, y la correspondiente reforma de la legislación, habían sido ya señalados por
Lea, aunque para él no fuera el resultado de una mayor tolerancia1. El
final de los tiempos duros en materia de persecución de protestantes, y
el fenómeno de las conversionesespontáneas, se reflejan claramente en
los ~u.cülmeii~os
coíiserva~osicfslidos a la acmaci(jn de los diSiiriius
tribunales, como ha sido recogido por sus historiadores: Domínguez
Ortiz para Andalucía, en un sugerente artículo en que trata este tema2;
Contreras para Galicia3; Castañeda y Hernández para Lima4; y Monter
para los tribunales de la Secretaria de Aragóns. Pero no se ha hecho
ningún estudioespecífico acerca de las conversiones de protestantes, a
excepción ciei que reaiizamos nace mis de veinte anos sobre ias reducciones en Canarias en el siglo XVIII,poco conocido fuera del
Archipiélago6.

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Francisco Fajardo Spínola

Regulación de la presencia de protestantes en España

Desde 1576 se concedió cierta protección a los marinos ingleses
protestantes que tocaran puertos españoles,estableciéndose que la
Inquisición sólo pudiera procesarlos por los delitos contra la fe cometidos en tierra española, limitándose las confiscaciones, en ese caso, a los
bienes del acusado, y no a los navíos o su carga7; aunque la guerra
contra Inglaterra invalidaría ese acuerdo. Las mismas garantías se dieran a los comerciantes de la Hansa en 15978. Pero fue el Tratado de
Londres de 1604 el queinauguraría una nueva era en las relaciones
entre la monarquía hispánica y los Estados protestantes. Porque no sólo
determinó con mayor amplitud y precisión las condiciones en las que
podían residir en España comerciantes de esos países, sino que, renovado o más o menos retocado en posteriores tratados, será la base legal de
las relaciones comerciales anglo-españolas durante los siglos XVII Y
XVIII;y modelopara similares acuerdos firmados con otras potencias no
católicas.
El Tratado de 1604, por su artículo 21, "que es el que solamente
habla en materia de religión", permitía a los ingleses protestantes comerciar en España, mientras no dieran escándalo a los católicosg. Incluso
antes de que el Tratado fuese ratificado por Felipe 111 ya el Consejo
había dado a los tribunales instrucciones para que seactuase con los
británicos de modo semejante a como se hacía con los marinos y comerciantes de la Hansalo. Y, por lo que sabemos del Tribunal de
Canarias, desde 1603, en que se produce la primera reacción, encontramos una actitud de prudencia. En septiembre de 1604, antes de
encarcelar a un comerciante inglés acusado de proposiciones heréticas,
decide consultar a la Suprema, "atento la relaciónque se tiene del
estado en que están las paces entre los Reynos de España e Inglaterra y
atento asimismo a que el dicho Duarte Monox es mercader quantioso"".
Después de la ratificación del Tratado, una carta acordada de 8 de
octubre de 1605 precisaba que los ingleses no senan compelidos a
entm evn !us iglrsius, pvrc que si !o hician d e k n i n guardar repeto al
Santísimo Sacramento, lo mismo...