familia
“Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y entendiéndome a lo que está delante, prosigo lameta...”. (Filipenses 3:13, 14)
Estas dos palabras “olvidándose y extendiéndose” son una invitación abierta a en primer lugar soltar el año “Viejo” y aventurarnos al “Nuevo año”. Ya no es el tiempopara poner las manos en el arado y mirar atrás. Tampoco será el tiempo para conformarse con las glorias del pasado o detenerse por los fracasos que marcaron nuestras vidas. Se dice que el que vivesiempre a la sombra del pasado, está propenso a derrotar el proceso de desarrollo de su futuro. Los fracasos y los triunfos de ayer podrían tener la misión de entorpecer las oportunidades que le aguardana la vida en el porvenir. Necesitamos, pasar de un tiempo al otro. Una nueva agenda se abre con sus trescientos sesenta y cinco días y los doce meses del año. Sobre ella hemos de forjar, no solofechas para recordar, eventos a realizar, viajes que hacer, estudios que terminar... sino promesas para cumplir, actitudes que abandonar; y sobre todo, relaciones para mejorar.
Estos dos verbos fueronescritos por un hombre que tenía bien claro, lo que es vivir una vida abundante, siendo poseedor de un rico legado religioso e intelectual no los consideró cómo exclusivos para vivir, sino que elsustento de su vida, fuera esta en lo material o en lo espiritual, estaba basado en su más grande máxima: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”. Pablo dijo esto no porque fuera un fracasado que alfinal de cada año tuviera más quejas y lamentos, que razones para celebrar. Más bien las dijo para animarnos en la indetenible carrera del tiempo, que va surcando sus huellas sobre la vida, y al final decada año se convierte en el gran juez que dará su veredicto sobre nuestras acciones. De esta manera se expresó: “Hermanos, yo sé muy bien que todavía no he alcanzado la meta; pero he decidido no...
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