Fantasía

Fantasías
En centro de una megatropolis, aquel edificio, piso 70, casa 403. Yo en aquella soledad, sumisa ante la latente enfermedad de la pereza cuyo lugar de la cuidad único, no entra ni el mas mínimo destello de luz, postrada como muerta en cama en lo profundo del ejercicio de la meditación, pensamientos retorcidos y descabellados, desde el mas sicótico hasta el más estúpido. El clima es frioen mi habitación, en las afueras de aquel tumba la calidez del sol ataca a cada ser viviente de la ciudad, a pesar de vivir en un mundo lleno de personas y muchos detalles no me detengo a admirar pasajes de los cuales muchos hablan… Levantarse, actividad que odio con franqueza para volver a la rutina diaria. Comienza con salir de mi casa al lugar donde pagan para que me “eduquen”, al cabo determinar mis labores académicas como de costumbre directo a mi paraíso de rosas y girasoles (Mi habitación), aquel camino lleno de gente, de carros, de rutinas diferentes a la mía, de personas estúpidas caminando por la calle otras detrás de un medio de transporte para llegar más rápido a disfrutar del banquete del medio día… todos ocupados en un mundo sin sentido, yo en cambio no tomo ni autobús, nitengo carro, ni mucho menos bici, prefiero la soledad del caminar para la distracción de la mente. Siempre están los mismo establecimientos a mi paso, uno de ellos es la tienda del señor Shoiyo, allí venden el componente acto para modelos desnutridas, El Helado, dulce sabor de la palabra que genera alegrías en mis días, la casa de señora Marín donde sus hijos juegan en el patio trasero, casi adiario tiran su pelota fuera del patio, ocasionalmente siempre estoy cerca para recogerla. Faltaba media calle 40 para llegar a mi destino, y solo una cosa distrajo mi camino transitorio, lugar cuyo nombre jamás había leído, El Café MTNA, es extraño el nombre, pero la intriga por saber que secretos ocultaba aquel sitio me acogió como niño en juguetería, al entrar con bastante suspenso, observe cadadetalle del sitio, como era de ser sorpresa me vi impactada por el diseño, la distribución del espacio y lo más importante una mesa junto al ventanal más bello que eh visto en mi vida, vale la pena salirse del mundo de fantasías y locuras en el que mantengo para disfrutar de las cosas espectaculares del mundo terrenal. Espere hasta que alguna persona me ofreciese la mesa que quería, pasaronsegundos para que un sencillo pero simpático hombre con aspecto de mesero me preguntase -¿Desea sentarse?- le conteste, por supuesto que sí , como quería me ofreció mi lugar deseado y me dispuse a sentarme, después de haberme sentado ordene un café y unas galletas, a juzgar por su aspecto se veían bien, al traerme mi orden conteste con cortesía -Gracias- , sabía que aquella mirada que en ese precisomomento se cruzo con aquel hombre no era una de esas miradas desinteresadas sin motivo alguno, esa sonrisa picaresca que suscito aquel cruce de miradas no fue normal. Termino mi café, dejo el dinero en la mesa, me levanto, de repente una voz me dice –Señorita su cambio- conteste –Quédate con el cambio- , me responde – No te vayas- Conteste -Hasta Luego- , la insistencia en ocasiones en una virtudpero en otras se convierte en defecto, aquel simpático mesero me sigue el camino hasta la puerta con una propuesta, -deseas tomar algo- conteste con burla –acabo de tomarme un café- contesta, -pero… tomaste un café en la soledad de tu mirada al cruce de la mía- , pensé, quizás no sea mala idea, acepte y creo que su sonrisa fue diferente a la anterior, volví al mismo lugar, me pregunto de nuevo que-¿desea ordenar?-, conteste –Lo que tú quieras, total tu invitas- de pronto eso causo gracia en los labios del mesero intrigoso, me trajo algo que en ese momento me antojaba, una cerveza, lo único frio que me gustaba tomar, se sentó, y comenzó el interrogatorio con el ánimo de que aquella conversación no se acabase nunca, realizando preguntas tontas en las que nos llenamos de respuestas lógicas,...