Fantasmas y aparecidos en el imaginario:una lectura posible

FANTASMAS Y APARECIDOS EN EL IMAGINARIO: UNA LECTURA POSIBLE.
Ana Lía Miranda- Universidad Nacional de Jujuy

Desde un pasado milenario, los relatos orales en Latinoamérica, han conformado una tradición tan heterogénea como su cultura, su lengua y su etnia; diversidad que alcanza a su temática, generada básicamente en una herencia española, en ritos y costumbres ancestralespatentizados en la memoria colectiva.
Sin embargo de su génesis antiquísima y de que a través de ellos, se reedita un ethos Latinoamericano para cuestionar poderes dominantes, estas narraciones perviven a manera de protesta alegórica de los oprimidos y que se expresa como resistencia.
Alegoría de la vida y de la muerte, en tanto su permanente devenir cíclico; tiempo reversible y mágicode la cosmovisión indígena que se ha mixturado con el tiempo y el espacio de las tradiciones conquistadoras: un convite de imaginarios donde el mito y la utopía se sacuden y alimentan, se entremezclan y desatan.
Así, por ejemplo, la tradición europea de brujas, duendes y fantasmas se religó con la indígena y la africana de espíritus del agua, las selvas y los montes[1]: de ahí la existencia demujeres que vuelan en barcos pintados en los muros, como la Tatuana en Centroamérica o la Mulata de Córdova en México; espíritus que castigan brutalmente a quienes dañan la naturaleza, como la Marimonda en Colombia o el Coipora en Brasil. De esta heterogeneidad, Latinoamérica se ha hecho acreedora de un gran universo mítico habitado por pequeños duendes que enamoran a las jóvenes cantándolescoplas, como el Sombrerón en Guatemala o el Pombero guaraní; barcos malditos que navegan sin encontrar puerto jamás, como el Caleuche en Chile o el Barco Negro en Nicaragua; mujeres atractivas que seducen a los hombres extraviados, como la Llorona o La viuda negra en la cultura andina.
Desde una mirada antropológica, la conciencia de la muerte, supone una actitud cultural que enfrenta al colectivosocial ante ella y a la vez, lo protege de sus consecuencias. La determinación natural del hombre con respecto a la muerte supone una disposición que se manifiesta en los distintos rituales funerarios y en las creencias que él mismo ha creado para sortear y enfrentar su finitud material.
Edgar Morin[2] considera que el advenimiento de una conciencia de la muerte fue un paso fundamental en elproceso de hominización, que llevaría a buscar una especie de camino cultural propio. Esta búsqueda abre una brecha entre las visiones subjetivas (conciencia de la muerte) y las objetivas (el hecho de morir) que se colma de mitos y ritos de supervivencia.
Las narraciones sobre la aparición de las ánimas y espectros, ayudan a la comunidad que los crea a establecer una relación con su propiopasado a través de las figuras y un imaginario de fantasmas y aparecidos. Bien se puede decir de una presunta correspondencia entre cultura y muerte en Latinoamérica que se sustenta y se comprueba en las creencias y las prácticas acerca del día de los difuntos, que si bien son fenómenos comunes, son heterogéneas.
Primero, porque los grupos autóctonos son variados, así como sus ideas y ritualessobre la muerte; además, la sociedad criolla que deriva de la española, en sí misma ya constituye una heterogeneidad y su concepción y actitudes frente a este trance muestra una polifonía en donde se hace evidente el cruce entre órdenes diferentes del cosmos.
Pero, a diferencia del mundo americano y occidental, lo que es una característica de la cultura andina, es la “domesticación” de lamuerte, no se le teme y en realidad, se convierte en “algo” personificado que se plasma en las historias fantasmales.
Estos relatos, son como un tipo de “mito de origen”, en los que los difuntos propiamente, conforman los acontecimientos inexcusables para socializar un espacio. La vigencia de la verbalización de fantasmas y aparecidos dentro de la cultura andina, impulsa a apostar una...