Fausto Maradiaga
Fue un excelente amigo de todos cuantos fueron artistas de un país, en donde la solidaridad humana, a veces pareciera haberperdido el sendero de su trascendencia y espiritualidad, conmocionada —tal vez— por los grados de marginamiento a que es sometida en cada fragmento del espacio y del tiempo, como devenir y como categoríadialéctica de la existencia.
Este insigne poeta, fue además gran trovador y músico, cuya guitarra siempre atenta a las circunstancias de recogimiento espiritual, acompañaba al poeta cantor en lasdecenas de giras y tertulias artísticas que preparaban los jóvenes y los viejos camaradas en cualquier escenario de la geografía nacional, para celebrar el sentido más pleno del humanismo militante.Actor a veces, pero, esencialmente poeta que amaba la sencillez de la vida y la entrañable circunstancia de la camaradería y hermandad.
Fue un gran lector que intercambiaba con sus compañeros deviaje por este carromato sin fin, los más avanzados conceptos teóricos en el plano de la filosofía, historia, antropología, literatura, política y todo aquello que explicara las hondas raíces de laconducta humana en situación de desmedro y dificultad de existencia precaria.
Era un maestro que siempre atendió al discípulo que le mostraba tímidamente su producción poética, y cual padre de grancariñosa virtud de comprensión y consejo, iba explicando los códigos fundamentales de la poesía de vanguardia contemporánea y la necesidad de observar las normas artísticas de mayor envergadura,para producir un poema, un artículo, un ensayo.
No conoció la envidia, la enemistad, el encono, la soberbia, el rencor y la hostilidad. Su mano siempre tendida hacia el interlocutor o interlocutora...
Regístrate para leer el documento completo.