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Capitulo uno.

El cabello rojo de Salma revoloteaba con el viento, yo pisaba cada vez mas duro el acelerador porque ver a mi amiga comiendose las uñas no era algo muy bonito. Quería llegar ya mismo al departamento y averiguar si las cosas eran como Salma creía.
Di un profundo suspiro cuando vi las instalaciones de Highbort asomandose, era muy díficil llegar a ella pues estaba al lado de lacarretera, tendrías que hacer unas dos horas de camino hasta la ciudad.
—¿La tienes muy bien oculta? —preguntó Salma.
—Dudo mucho que se atrevan a esculcarme ahí.
Llegamos a la entrada, cuando estaba Tovias no era necesario identidicarse, el nos conocía a la perfeccion. Lastimosamente se había jubilado y ahora estaba un nuevo odioso guardia que nos hacía identificarnos cada que entrabamos ysalíamos.
Salma y yo le mostramos nuestros gafets de estudiantes, él nos hizo señas para que bajaramos del auto.
—¿Qué compraron? —nos miró.
—Sólo eso, un poco de ropa. —Salma señaló la parte de atrás del auto que estaba repleta de bolsas.
—Valla que nos tardaremos un rato aquí. —su cara seguía rigida.
—Idiota. —murmuró mi amiga.
—¿Disculpa?
Salma rodó los ojos.
—¿Podría darse prisa?
El hombrele hizo una mala cara y empezó a revisar bolsa por bolsa, Salma y yo nos recargamos contra el auto hasta que unos quince minutos más tarde el hombre termino.
Antes de subir al auto leí su gafet, Adolf Jefrey.
—Hasta luego señor Jefrey. —le sonreí mientras agitaba la mano, intentando ser amigable.
Pero sus labios seguían siendo una línea perfectamente recta y sus ojos me miraban como si yofuese un insecto molesto.
—Con razón, pues si se llama igual que Hitler. —dijo Salma. —Nos hizo perder quince valiosos minutos.
—Tenemos que darnos prisa, mis clases extra inician en una hora y todavía tengo que cambiarme.
Salma no me respondió así que la ignore lo que resto del camino a nuestra casa. Estacioné sin fijarme bien porque aún así saldría de nuevo en menos de una hora, Salma y yobajamos las bolsas del auto y entramos a la casa, ni siquiera nos molestamos en acomodar nuestra ropa nueva porque ahora mismo teníamos prioridades.
—¿Y si sale que si? Amiga yo no me quiero ir de Highbort.
—Entonces cruza los dedos porque salga que no. —aconsejé.
Mi blusa era totalmente señida de abajo pero en el area del busto eran puros olanes que además de hacerme ver con mas pechos si llegabaa ocultar algo nadie lo notaría, por ejemplo una prueba de embarazo.
Saqué la cajita alargada de mi sostén y se la entregué a Salma.
—Suerte. —le deseé cuando ella entraba al baño.
Me senté en el sillón, no sabía que hacer así que solamente me miré las uñas que pedían a gritos una manicura y pensé en estupideces como que me pondría para ir a clases.
No pasaron ni diez minutos cuando Salmasalio del baño, tenía la pantallita minuscula de la prueba cubierta con su pulgar y se acercó a mi nerviosa.
—No he visto, quería que lo hicieramos juntas.
Le sonreí y luego juntas contamos hasta tres, Salma quito su dedo de la pantallita, me mordí el labio al punto que senti el sabor tan peculiar de la sangre, Salma abrió sus ojos tan grandes que creí que se le saldrían.
—Iré a hacer mismaletas.
Triste arrojó la prueba contra la pared, no había mucho que decir asi que me limite a abrazarla mientras ella lloraba.
—Si quieres puedo quedarme contigo.
—Eso no resolverá nada ______, mejor ve que ya has faltado a cuatro clases por mi culpa.
—¿Segura? —insistí.
—Si, además es Farvew, no es alguien muy tratable. —rió intentando ligerar la situación.
Le di un beso en el pelo y melevanté del sillón, no tenía tiempo para duchas así que tomé unos jeans de mi closet y una blusa de manta azul con tirantes.
—¿Bailarinas o sandalias? —salí a preguntarle a Salma.
Justo en ese momento cortó la llamada.
Me miró de pies a cabeza y luego dijo; —Sin duda sandalias.
—¿Con quién hablabas? —pregunté cuando me metía los zapatos.
—Con Colton, le dije que tenía que decirle algo asi que...