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-¡Comencemos la Subasta del Vagabundo! No quiero problemas ¿vale? El dinero solo se cuenta hasta 450 dólares; no quiero ningún canje, no acepto libros de álgebra, geografía, ni nada que puedasalvaros de la comida de la cafetería. Chicas, no oz molestéis en sacaros sus braseares.
-Bastardo –Lucy susurró de sopetón.
Rion lanzó un beso volador hasta la mejilla dorada de Lucy, elladiscretamente, se tapó los pechos con un cuaderno y tres libros que no eran de la escuela.
Yo acostumbraba a verle llevar tres libros diferentes por día. Rion la alagaba a sus espaldas hace un año atrás cuando secepillaba el cabello y no usaba la ropa tan grande, incluso confesó su obsesión por ella, y había soltado un comentario positivo acerca de sus lentes cuadrados. Pero desde la pubertad, a Lucy lecrecieron y ahora ya no es bienvenida en el mundo masculino como una chica sofisticada y bonita. Bueno, tal vez sí bonita… pero de otra manera. A pesar de eso yo la envidiaba, yo siempre fui una tabla pordelante y por detrás, y la maraña de pelo marrón que suponía ser mi cabello solo hacía destacar aún más lo delgada que estaba, convirtiéndome en un alíen. Me acurruqué más en la esquina oscura delsótano húmedo.
-Te doy 250 dólares, un chicle y un libro de kamazutra, ¡tómalo o déjalo amigo! –Jem fue el siguiente en levantar la voz, también lanzó una media sonrisa matadora, con la que se asomó lamitad de su dentadura perfecta. Escucharlo hizo que mi corazón palpitara por un segundo.
-¡VENDIDO!
-Genial, ¿qué hay para mí? –preguntó Jem.
-¡Haz ganadoo…! –Kyle ‘el freaky’ hizo sonidos detambores al otro lado del sótano, estaba sentado en un sofá lleno de polvo y al golpear contra él, el polvo se levantó hasta su rostro e hizo que estornudara. Rion continuó: – ¡Dos entradas para GuerraMundial de Zombis 4! ¡Heey!
A Jem le brillaron los ojos y un destello le iluminó los dientes en una media sonrisa, típicas de él. Si no hubiera estado tan aburrida hubiera suspirado.
-Zombis...