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Te encontramos pisando las raíces de los cerros. Ahí donde estás parado, debajo de la tierra, en un hueco, junto con las estrellas que quemaron en mi honor. Esto que ves; la tierra, son pedazos dehumo, nubes viejas de aquel Octubre. Cada año, antes de tu cumpleaños hacían un desfile. Pensabas que era una fiesta para ti y esto te hacía retomar un poco de tu fe ortodoxa sobre las sorpresas.Cuando naciste habitamos el cielo, a un lado de las piedras que flotan, esas piedras que en el lago de la juventud lance una a una cuando avisaron que ya venías tú y que tu nombre era más lindo que elmío.
Extrañó los días que seguían, tan fríos y tan desolados, cuando usaba la ocasión para disfrazarme con hojas del jardín, mis ojos eran pequeños eucaliptos, grandes y vacíos como las casas abandonadasa las que entrabamos con las amigas de la tía cuando se pasaban de copas. Cada destello era un beso más, una boca sobre otra. Era inútil dejar de mirar a aquellas lesbias enamoradas, sintiéndoseinmortales por una noche, mientras que nosotros dos gateábamos para ver debajo de los vestidos corrientes, unos grandes muslos inexpresables y el mismo liguero rojo, pero con sus respectivos nombresbordados: "Luisa" y "Lucia". Naturalmente yo prefería a Luisa, ya que tenía un culo simpático con rumba y tango.
Las tardes como ésta también me recuerdan las veredas, cuando tomábamos aquella ruta queera más larga y se volvían así los minutos más gordos y los besos más chonchos que he dado en mi vida, fueron con las niñas indígenas de las autopistas. Les contabas el mismo chiste de siempre. Losdos por el camino, riendo y gozando a tanta mujer. Esa era nuestra recompensa por andar tanto debajo del sol, dejando la sierra, picando piso con los dedos.
Ahora, siendo lo que somos, tú polvo y youn pedazo de conjuntos que no caben en un ataúd, dime: ¿A dónde van esas personas que sonreían, entre luces de colores y polvos de mala calidad para pintarse la cara, se fueron con el circo? ¿Se...