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SANTIAGO EL VOLADOR


En 1736 contaba Santiago de Cárdenas con
diez años de edad, cuando se embarcó en
calidad de grumete en un navío mercante que
navegaba entre el Callao y Valparaíso.
Elvuelo de un ave, que él llamaba tijereta,
despertó en Santiago la idea de que el hombre
podía también
enseñorearse en el espacio,
ayudado por un aparato que reuniese las
condicionesnecesarias.
Diez años pasó navegando y estudiando el
vuelo de las aves. En 1746 tuvo que
establecerse en Lima. Cuando tenía unos
reales, Santiago desaparecía de Lima, y huía
a
los cerros deAmancaes o San Cristóbal, que
estaban a pocas millas. Allí contemplaba el
vuelo de los pájaros, los cazaba y estudiaba
su organismo.
Después de doce años de andar subiendo y
bajando cerros y deperseguir a los cóndores
y a todo bicho volát
il, Santiago creyó haber
alcanzado el término de sus fatigas y gritó:
“!
Eure
ka¡”
En noviembre de 1761 presentó un memorial
al excelentísimoseñor virrey don Manuel de
Amat y Juniet, en el que decía que, por medio
De una máquina que había inventado, podía
a
lzar el vuelo.
En la mañana del 22 de noviembre, un ocioso
o mal intencionadocorrió el embuste de que,
a las cuatro de la tarde, Cárdenas iba a volar
desde el cerro San Cristóbal a la Plaza de
Armas de Lima.
Oigamos al mismo Santiago relatar las
consecuen
cias: “
Eneste país tan novelero,
no quedó noble ni plebeyo que no se
aproximase al cerro u ocupase los balcones,
azoteas de las casas y torres de las iglesias.
Cuando comprendieron que yo no habíaofrecido a nadie volar, me rodearon en el
patio de la C
atedral diciéndome: “O vuelas o
te matamos a pedradas
”. Advertido de lo que
ocurría, el señor virrey mandó una escolta de
tropa paraque me defendiese y rodeado de
ella fui conducido a palacio, librándome así
de los agravios de la muchedumbre”.
Desde este
día nuestro hombre se puso de
moda. Todos olvidaron que se llamaba...