En el desarrollo sexual, es esencial el complejo de Edipo, que termina en la fase fálica, y en la que el niño ha de establecer por vez primera un vínculo afectivo con su progenitor de sexoopuesto (el padre), que es considerado un rival frente a la madre. El niño siente hacia ella un deseo incestuoso que tiene que reprimir por miedo a la agresión paterna y a la castración, temor quele lleva a construir el superego (superyó), una instancia encargada de controlar al consciente (yo) según las pautas morales impuestas por los padres. El complejo de Edipo conlleva laaceptación del principio de realidad y la subordinación del principio del placer. El desajuste entre las demandas del consciente, el inconsciente y las exigencias del superego puede convertirse enconflictos denominados fijaciones y complejos, que pueden llevar a que el adulto sufra regresiones o modos de satisfacción sexual infantiles. La mente consciente, imposibilitada para funcionarnormalmente perderá su control y desarrollará neurosis como modos de expresar dicha tensión.
Diez de la Cortina Montemayor, Elena. Historia de la filosofía. La psicología de Sigmund Freud: elpsicoanálisis.
, , España: Cibernous, 2005. p 6.
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El Edipo queorienta el camino a la sexualidad también brinda las señales para la forma privilegiada de neurosis en uno y otro sexo. Por un sendero, neurosis obsesiva o como ser hombre; por el otro, histeria oqué es ser una mujer. Emergencia de la clínica de la pregunta que conduce al campo lacaniano: el campo del goce.
Rodríguez, Jorge Ricardo. El superyó y la posición femenina.
, ,Argentina: Red Fundamentos en Humanidades, 2005. p 56.
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