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Alfanhuí
, y abrió bien los ojos. Había dejado de mirar hacia dentro.Sólo Nicomedes se había liberado de su espejo. Como empezaba a notar cosasextrañas en el robot, arrojó su espejo en el arroyuelo que nacía en elmanantial dePeñas Bravas. La lámina bajó brincando entre espumas hasta llegar al rio, y lasaguas se llenaron de retazos de imágenes multicolores disueltas...Otro día, tras de que absorbieran sus lecciones, el maestro-robot les dijo:—¿Y hoy qué queréis ver?—A mis padres —pidió Rafa, el cartero.—A nuestros padres —insistió Áurea, la costurera.—¿Adonde queréis que vayamos?—A los sitios donde nuestrospadres emigraron —pidió Curro, el alcalde.—A las fábricas y talleres en los que trabajan —insistió Maruja, la lechera.—¿Por tierra, por mar, por el aire, por el espacio?Los niños se encogieron de hombros.—¿En qué queréis que convirtamos hoy nuestra hiperescuela? ¿En un aviónsupersónico, en un bólido de carreras, en un trineo por la nieve...?Y los niños callaban.—Bien, bien, bien —seguía él,imperturbable—. Pues entonces, hoy vamos ahacer un experimento absolutamente novedoso —sacó el tambor y fue dandoredobles acompasados—. Hasta ahora hemos viajado por la Tierra, por elSistema Solar, por el fondo de los mares con nuestra escuela convertida ensubmarino nuclear, por el polo a bordo de un trineo, surcando los mares como si
fuésemos una ballena... Pero todo eso era en el presente.¡Atención, atención!¡Gran novedad! ¡Lo nunca visto! ¡Lo más asombroso! ¡Lo increíble! ¡Esta es laescuela del año dos mil! ¿Por qué lleva ese nombre? ¡Porque prepara a susalumnos para vivir en el mundo del año dos mil! Y porque sus insuperables mediostécnicos, obra de los más grandes genios de la ciencia moderna, le permitenmostraros nada más y nada menos que... —y hubo un gran redobleensordecedor— ¡Elmundo del año dos mil! ¡Hale, hop! —restalló cinco látigoscontra el suelo— ¡Hale, hop! ¡Hale, hop!La gran pantalla se encendió —como un ventanal gigantesco que hubiera dado unsalto en el tiempo— sobre la imagen en relieve penetrable, con toda la altísimacalidad de la holovisión óptica pistonuda, del mundo del año 2000. O de la ciudaddel año 2000. Que es lo mismo.Porque, en efecto, el mundo entero...
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