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LA FAMILIA DEL SOL
Julieta Fierro / Miguel Ángel Herrera
I. EL INICIO
El descenso de kukulkán
En el sureste de la República Mexicana, se yerguen las imponentes ruinas de la ciudadprehispánicade Chichén-Itzá. Cientos de turistas las visitan día con día; al acercarse los equinoccios de primavera y de otoño el número de visitantes aumenta de manera impresionante.
“El descenso dekukulkán”,un maravilloso juego de luces y sombras que arquitectura y naturaleza, unidas, la pirámide conocida como “El Castillo”
Al amanecer, la luz del Sol y la sombra de la arista de la pirámide se combinanparaproducir la imagen de una serpiente sobre una de las paredes de la escalinata, no permanece estática, sino que va descendiendo lentamente a lo largo de la escalinata conforme avanza el día.Alatardecer, el proceso se invierte y la imagen de kukulkán asciende.
Los planetas entran en escena
Los primeros hombres tuvieron que dedicar parte de su tiempo para satisfacer sus principalesnecesidades. Nodebió de transcurrir mucho tiempo antes de que se diera cuenta de que había un objeto en el cielo que jugaba un papel importante en sus vidas: el Sol, cuya presencia infundía bienestar yseguridad ycuya ausencia provocaba desconfianza y miedo. A través de la contemplación del horizonte, se fueron familiarizando con los astros y sus movimientos, y fue este conocimiento el que habría deconducir, aldescubrimiento de los planetas.
Si se observa el firmamento, es fácil percatarse de que las estrellas se mueven todas exactamente de la misma manera. Con las estrellas visibles a simplevista sepueden “construir” innumerables figuras diferentes. Los hombres primitivos identificaron también unos cuantos objetos celestes que se movían, se desplazaban entre las estrellas y estos astroserrantes, sonlos planetas.
Los primeros
Cuando las primeras civilizaciones comenzaron a establecerse se habían identificado siete planetas, fueron conocidos por las culturas como “los siete... [continua]...