fe y teología

“ Se ha hablado (M. D. Chenu, Gilson) de “revolución albertino-tomista. El hecho decisivo es la franca recepción de la filosofía de Aristóteles, en su conjunto, por unos hombres que sonesencialmente teólogos, sobre todo Tomás de Aquino. Bien es verdad que rectifican o completan a Aristóteles, sobre todo en el capítulo de la teología natural (noción de creación, ideas divinas). Pero ellosabrazan intelectualmente la filosofía de Aristóteles. Ahora bien, ésta representa un conocimiento científico del mundo, de las estructuras de lo creado e incluso del ser, conocimiento perseguido en orden aél mismo. Los padres de la Iglesia, y después especialmente los precursores de la escolástica, Escoto Erígena, San Anselmo y Abelardo, habían conocido la razón como fuerza original, pero, en suma, comouna potencia de gnosis de la que podían hacer uso los creyentes para comprender, e incluso para demostrar, aquello que sostenía en la fe. Este estatuto de la razón era netamente reconocido como unapotencia distinta pero que sólo se ejercía dentro del marco de las finalidades de la salvación. Alberto y Tomás, al recibir, con Aristóteles, una ciencia de las estructuras de lo real, aprendían adistinguir la esfera de lo que la razón demuestra y la esfera de las verdades cuyo conocimiento no puede tener el hombre sino por revelación sobrenatural. Los padres y la alta Edad Media había pedido aPlatón, o al menos a ciertas representaciones derivadas de una inspiración platonizante, los marcos muy generales de una filosofía que consistiese en una investigación del fin último y que lespermitiese ver el mundo en la referencia de éste a Dios. Su teología era una búsqueda personal de Dios, investigación personal de la salvación por unión a una Verdad-Valor. Santo Tomás admite francamente lalegitimidad de conocer por conocer: saber, conocer científicamente la naturaleza de las cosas, es decir, ligar necesariamente unas propiedades a un sujeto, unos efectos a su causa, unas conclusiones...