Fedón o El Alma
Platón
La vida contemplativa y el destino del alma
“Si el alma se encuentra en tal situación, parte hacia lo que le es semejante, lo invisible, divino, inmortal y sabio; y al llegar allí le es permitido alcanzar la felicidad, cesando de vagar sin sentido, liberándose de temores, amores salvajes y demás males humanos y pasando verdaderamente el resto del tiempo en compañíade dioses.” (Pág. 216)
“Pero esto corpóreo que se le ha tornado connatural hay que tener en cuenta que es embarazoso, pesado, terrestre y visible. Un alma con tal bagaje pesa demasiado, y es arrastrada nuevamente hacia el lugar visible, por temor del lugar invisible que es llamado Hades, donde se queda rondando en torno a monumentos y tumbas, alrededor de los cuales se han visto sombríosfantasmas de almas, que son espectros producidos por almas que no se han liberado con pureza, sino que han participado de lo visible, y por ello son vistas.” (Pág. 217)
“Y no son precisamente las almas de los buenos, sino las de los malos las que son forzadas a andar errantes en torno a esos lugares, pagando la pena por su anterior manera de viv ir, que ha sido mala. Y andan errantes hasta que, porobra del deseo de lo corpóreo son aprisionadas nuevamente en un cuerpo. Y como es natural, son aprisionadas en cuerpos con caracteres semejantes a los que han cultivado durante la vida.” (Pág. 218)
“El que ama aprender sabe que, cuando la filosofía se hizo cargo de su alma, ésta se hallaba verdaderamente encadenada y apresada en e cuerpo, forzada a examinar las cosas no por sí misma sino através de su encarcelamiento, y revolviéndose en una total ignorancia. Y la filosofía ha vislumbrado que la astucia de ese encarcelamiento se sirve del deseo de este modo: quien más colabora para encadenarlo es el propio encadenado. El que ama aprender sabe, como digo, que, una vez que la filosofía se ha hecho cargo de su alma, la exhorta a intentar liberarse, mostrándole que el examen a través de losojos, de los oídos y de los otros sentidos, está colmado de engaños; persuadiéndola de que se aleje de éstos en la medida que no le sea forzoso servirse de ellos; instándola a recogerse y concentrarse en sí misma y a no confiar en ninguna otra cosa que en ella misma, cuando en sí misma y por sí misma piensa en alguna de las cosas reales en sí mismas y por sí mismas; a no considerar verdadero, encambio, nada de lo que examine por otros medios ajenos a ella misma en las cosas que varían según las diversas circunstancias. Le muestra asimismo que estas últimas cosas son sensibles y visibles, en tanto que las que percibe por sí misma son inteligibles e invisibles. De este modo, el alma del verdadero filósofo, juzgando que no debe oponerse a esta liberación, se abstiene de los placeres, deseos yoenas en la medida en que le es posible; y reflexiona en que, cuando uno se entrega intensamente a los placeres, penas, temores o deseos, ninguno de los males que puede concebirse que experimente es tan grande como aquél que es el mayor y supremo de todos los males: experimenta éste sin reflexionar sobre él.” (Pág. 220-221)
Filosofía, sabiduría, muerte y reminiscencia
“Añádele que si obrasabiamente, me siga lo más rápidamente que pueda. En cuanto a mí, parto hoy, según parece, pues los atenienses me lo ordenan.
-Extraño modo de exhortar a Eveno es éste-dijo Simmias-, pues muchas veces me he encontrado con él, y por lo que he podido ver no es nada probable que éste dispuesto a hacerte caso.
-Pero ¡cómo?-repuso Sócrates-¿No es filósofo Eveno?
-Me parece que sí- Respondió Simmias.-Entonces ha de estar dispuesto a ello, tanto Eveno como todo aquél que participe dignamente de este quehacer. No obstante, no ha de hacerse violencia a sí mismo, ya que eso dicen que no es lícito.” (Pág. 136)
“Quiero darles la explicación según la cual me parece natural que un hombre que ha pasado realmente la vida en la filosofía no tema cuando está a punto de morir, y esté en cambio...
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