Felicidad
Palabras cruzadas
Del dolor a la verdad
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Rolón, Gabriel Palabras cruzadas.- 2ª ed. – Buenos Aires : Planeta, 2009. 288 p. ; 21x14 cm. ISBN 978-950-49-2008-3 1. Psicoanálisis I. Título CDD 150. 195
Diseño de cubierta: Departamento de Arte Diseño de interior: Orestes Pantelides
Somos carne y palabra silencio y angustia hambre y caos oscuridad y tiempo. El amor nostoma una mano la muerte nos toma la otra, danzando con los ojos cerrados nos dirigimos hacia el misterio. TERESA CASTILLO
© 2009, Gabriel Rolón Derechos exclusivos de edición en castellano reservados para todo el mundo: © 2009, Grupo Editorial Planeta S.A.I.C. Publicado bajo el sello Planeta® Independencia 1668, C 1100 ABQ, Buenos Aires, Argentina www.editorialplaneta.com.ar 2ª edición: marzo de2009 20.000 ejemplares ISBN 978-950-49-2008-3 Impreso en Printing Books S.A., Mario Bravo 835, Avellaneda, en el mes de febrero de 2009. Hecho el depósito que prevé la ley 11.723 Impreso en la Argentina
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Pró lo go
Un paciente no es una persona. Un paciente no es un individuo. Un paciente es un sujeto.
Sabemos que los griegos, responsables de algunas de las manifestaciones más bellas e importantes del arte y de la cultura de Occidente, tenían mucha estima por el teatro. Son famosas sus tragedias y comedias, ySófocles y Aristófanes son nombres que todavía hoy resuenan con total pertinencia. También sabemos que por aquellos tiempos no existían los teatros tal cual hoy los conocemos. Las obras se representaban al aire libre, en grandes predios a los que concurrían muchísimos espectadores, y todos los actores llevaban puesta una máscara que amplificaba y distorsionaba sus voces a la vez que disimulaba susidentidades. Esa máscara, ese disfraz, llevaba un nombre que venía
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GABRIEL ROLÓN
Palabras cruzadas
del latín y que etimológicamente significaba retumbar. Ese nombre era «persona». Es decir, que hay en el origen mismo de la palabra persona algo que remite al ocultamiento, a lo que no es, a la actuación y al engaño. Un paciente, por el contrario, es alguien que llega al consultorio dispuestoa quitarse todas las caretas y a mostrar incluso hasta las más profundas de sus heridas. Para eso trabaja y se expone. Con generosidad y a un alto costo se adentra en un camino que tiene como punto de partida su dolor y que busca, como destino final, el develamiento de su verdad. Y el analista se compromete a acompañarlo en esa travesía porque es, antes que nada, un enamorado de la verdad. Pero node una verdad universal y trascendente: no hay que confundir al analista con un filósofo, un sociólogo o un místico. No nos desvela Dios, tampoco El Hombre, sino única y exclusivamente ese hombre en particular que ha venido a pedir nuestra ayuda. Y esa verdad que nos interesa es única, pertenece a cada sujeto. Encuentra sus orígenes en la historia individual de cada paciente y recorre su sangre ysu vida aunque él mismo se resista a reconocerla y aceptarla como propia.
paciente está escindido, partido al medio por su sufrimiento ama y odia al mismo tiempo, quiere pero no quiere, anhela pero no puede, tiene miedo de algo pero no por eso deja de desearlo. Un individuo es alguien sin contradicciones, sin ambivalencias, sin culpa. Y no son así los pacientes que llegan a mi consultorio. Porel contrario, envueltos en una nube de confusión y angustia, hacen cosas que no quieren y traen síntomas que los hacen sufrir y de los que parecen no saber nada. Y en parte esto es cierto. Porque al momento de comenzar el análisis, el paciente no sabe que sabe. ¿Cómo puede ser esto posible? Para responder a esta pregunta hay que aceptar que existe un saber no sabido, un saber que no es...
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