Felicidad
El hombre ha sido llamado para ser feliz, pero ¿Es realmente el camino que el hombre mismo sigue?
Por Raíl Ventura Navarro
Tiempos difíciles ha habido enque se ha tratado de ahogar ese anhelo y esta tendencia que todo ser humano experimenta hacia lo infinito, hacia lo eterno, hacia esa otra realidad que no se puede llamar con el mismo nombre quecualquiera de nosotros: Dios. Todos, de una forma o de otra presuponemos la existencia de alguien anterior a nosotros, del cual dependemos y hacia el cual vamos caminando. Sin él, la vida no puede tenervalor y significado.
La historia de las religiones nos muestra que ese sentido de la trascendencia, de Dios, es tan antigua como el hombre mismo. No existe rincón del mundo por alejado que puedapensarse, no existe una generación que no haya cultivado esta dimensión religiosa. Imágenes tomadas de la naturaleza, de los astros, de animales, de personajes de la historia; concepto más de carácterespiritual; sacrificios, ofrendas, monumentos; ritos, plegarias… todo nos habla de esa relación que el hombre ha buscado con el ser trascendente.
Las equivocaciones y las representaciones a veces burdasde la divinidad han influido en el fenómeno que conocemos como el ateísmo. Toda persona es religiosa y cuando afirma que no cree en Dios, definitivamente está rechazando alguna representación o algunaimagen que no es correcta. Por eso, Dios intervino un día en nuestra historia para dársenos a conocer y que nadie tuviera dudas de cómo es el rostro y el corazón de Dios frente al hombre. El Dios quese nos manifiesta en Jesucristo no puede ser rechazado por una persona que es honesta y que busca la verdad.
Todo hombre lleva en lo más profundo de su conciencia cierta nostalgia de Dios porque fuehecho a su imagen y semejanza. La huella del Creador ha quedado marcada en todas sus obras, especialmente en aquella que se considera la cumbre de su actuación: el hombre. Saber que las cosas son...
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