Felilcidad Y Moral

Felicidad y moral.

Los hombres no atinan a dar respuesta a la interrogante de la existencia: ¿cuál es el fin o propósito de la vida humana? Se han intentado muchas explicaciones; ninguna de ellas es convincente. No obstante, a una pregunta más modesta: ¿que busca el hombre en su vida?, todos los pensadores han contestado sin titubear: el hombre persigue la felicidad; quiere ser dichoso y evitarel sufrimiento.

El problema radica en definir esta felicidad.
Aquí ya no es sencillo llegar a un acuerdo.
Felicidad es la satisfacción del deber cumplido, nos enseñaron. Y si, parece que tradicionalmente se asocia el bienestar íntimo con el apego a ciertos valores considerados universales: Amor, Belleza, Bien, Verdad. Mientras vivamos más en función de ellos, mejor no sentiremos. Tranquilidadde conciencia es felicidad; un asunto ético.

No para Freud.
Según el psicoanálisis, también el hombre busca la felicidad; ésta cae más en el terreno de lo moral que de lo psicológico. Sin embargo, este sistema de pensamiento articula las cosas de tal manera que podríamos decir que las ha puesto de cabeza.
En “El Malestar de la Cultura”, Freud señala tres fuentes del sufrimiento humano:hiperpotencia de la naturaleza (como el tsunami de Japón), necesidades de nuestro cuerpo y vínculos con los otros. Y también dice que la convivencia tuvo un fundamento doble: la obligación del trabajo, impuesta por el apremio exterior y el poder del amor, pues el varón no quería privarse de la mujer como objeto sexual y ella quería estar cerca del hijo.
Anakè y Eros son los padres de la cultura.
Y lacivilización fué creada para proteger al hombre de la naturaleza y regular sus relaciones.
Hasta aquí todo es más o menos claro.

Pero Freud se pregunta por qué al hombre civilizado le resulta tan difícil ser feliz.
Es entonces cuando subvierte la ética tradicional.
Dos son los impulsos humanos esenciales: sexualidad y agresión.
A ambos debe renunciar el hombre en aras de la cultura. O sea, deberenunciar a la dicha misma porque "lo que en sentido estricto se llama felicidad, surge de la satisfacción, casi siempre instantánea, de necesidades acumuladas que han alcanzado elevada tensión”, lo que es difícil de lograr siempre. Y luego "toda persistencia de una situación anhelada por el principio del placer sólo proporciona un tibio bienestar, pues nuestra disposición no nos permite gozar sino elcontraste y en muy escasa medida lo estable". La civilización organiza la sexualidad y sustrae gran parte de esta energía psíquica para sus propios fines. La única satisfacción sexual que permite es la del amor monogámico, heterosexual y destinada a la reproducción. Pero la sexualidad es mucho más que eso; por ello el placer es limitado; imposible pensar que el hombre le consagrara toda suenergía; no trabajaría, no habría producción científica o artística. Porque el programa del principio del placer es irrealizable, el hombre ha intentado innumerables recursos para ser feliz. El amor, el bien, la belleza, no son sino satisfacciones sustitutivas: deseos sublimados, impulsos coartados en su fin para que sean aceptables socialmente. Estos valores funcionan; se crearon para procurar al hombrecierta dosis de bienestar y seguridad. Pero su intensidad, comparada con la satisfacción de impulsos "groseros o primarios” es muy atenuada y de ningún modo llega a conmovernos físicamente.

La cultura se edifica sobre la renuncia pulsional: pide demasiado.
Además de que desista de la satisfacción sexual, exige al hombre la inhibición de la agresividad, que le es innata. En el mandato "amarás atu prójimo, ti mismo" Freud señala el absurdo. ¿Por qué habría yo de darle algo tan valioso (mi amor) a quien no conozco, a quien me causa daño? El hombre ve en el otro, no sólo un posible colaborador o compañero sexual, sino también a una tentación para satisfacer en él la agresión, explotar su trabajo, “humillarle, martirizarle”. La tendencia agresiva es el factor que más perturba y amenaza...