feliz
Cantó la cigarra durante todo el verano, retozó y descansó, y se ufanó de su arte, y al llegar el invierno se encontró sin nada: ni una mosca, ni un gusano.
Fue entonces a llorar su hambre a la hormiga vecina, pidiéndole que le prestara de su grano hasta la llegada de la próxima estación.
-- Te pagaré la deuda con sus intereses; -- le dijo --antes de la cosecha, tedoy mi palabra.
Mas la hormiga no es nada generosa, y este es su menor defecto. Y le preguntó a la cigarra:
-- ¿Qué hacías tú cuando el tiempo era cálido y bello?
-- Cantaba noche y día libremente -- respondió la despreocupada cigarra.
-- ¿Conque cantabas? ¡Me gusta tu frescura! Pues entonces ponte ahora a bailar, amiga mía.
No pases tu tiempo dedicado sólo al placer. Trabaja, y guarda de tucosecha para los momentos de escasez.
Comentario: para mi las personas se tendrían que preocupar en su placer y también en su trabajo para sobrevivir porque la vida no es solo una cosa si no también son ambas ya que al igual al tener las dos cosas va a vivir de una forma diferente
Opinión: la cigarra para mí lo que tenía que hacer era trabajar en el tiempo ya que lo que ella hacia erapensar en el momento y no el futuro
El gato y los ratones
Un gato, llamado Rodilardo,
Causaba entre las ratas tal estrago
y las diezmaba de tal manera
que no osaban moverse de su cueva.
Así, con tal penuria iban viviendo
que a nuestro gato, el gran Rodilardo,
No por tal lo tenían, sino por diablo.
Sucedió que un buen día en que Rodilardo
Por los tejados buscaba esposa,y mientras se entretenía con tales cosas,
Se reunieron las ratas, deliberando
Qué remedio tendrían sus descalabros.
Habló así la más vieja e inteligente:
-Nuestra desgracia tiene un remedio:
¡Atémosle al gato un cascabel al cuello!
Podremos prevenirnos cuando se acerque,
Poniéndonos a salvo antes que llegue.
Cada cual aplaudió entusiasmada;
Esa era la solución ¡estabaclara!
Más poco a poco reaccionaron las ratas,
Pues ¿cuál iba a ser tan timorata?
¡Quién iba a atarle el cascabel al gato!
Así he visto suceder más de una vez
-y no hablo ya de ratas, sino de humanos-:
¿a quién no lo han golpeado los desengaños?
Tras deliberaciones, bellas palabras,
Grandes ideas... y, en limpio, nada.
Nada con exceso
Nadie procede con la debidamoderación: en todas las cosas hay que guardar ciertamente temperamento. ¿Lo hacemos así? No: siempre pecamos por carta de más o por carta de menos.
El trigo, rico don de la rubia Ceres, si crece demasiado espeso y lozano, esquilma la tierra y no grana bien. Lo mismo pasa a los árboles. Para corregir ese defecto del trigo, permitió Dios a los carneros que cercenasen la exuberancia de las miesespródigas. Echáronse sobre ellas, y tal destrozo hicieron, que el cielo dio licencia a los lobos para devorar algunas reses. ¿Qué hicieron los lobos? Acabar con todas ellas, y si no acabaron, esa era su intención. Después el cielo encargó a los hombres que castigasen a aquellas bestias, y os hombres, a su vez abusaron del divino mandato. De todos los seres nadie es tan dado a abusar como la razahumana. Chicos y grandes, todos pueden ser acusados de este defecto. Nadie está exento de él. “Nada con exceso” es una máxima citada por todos y por nadie observada.
El lobo y el perro flaco
Habéis visto en otra fábula que por más que hizo el pececillo, lo echaron a la sartén. Dí a entender entonces que soltar lo que tenemos en la mano, con la esperanza de atrapar mejor presa, es granimprevisión. El pescador tenía razón; el pececillo hacía bien: cada cual se defiende como puede. Ahora voy a robustecer lo que entonces sostuve con un nuevo ejemplo.
Cierto lobo, tan torpe como cuerdo fue aquel pescador, encontrando un perro lejos de poblado, arremetió contra él. Alegó el perro su escualidez: “Considere vuesa merced, decía, mi estado mísero; aguarde un poco para llevárseme: mi amo...
Regístrate para leer el documento completo.