Feminismo En La Democracia Ateniense

Democracia y feminismo. ¿Qué tiene de malo la democracia liberal?
Beatriz Mayoral Pérez.

El pensamiento político de Occidente hunde sus raíces en la filosofía griega y muy especialmente en laobra de Platón y Aristóteles. Uno de los axiomas aristotélicos básicos, el principio de identidad, permanece aún en nuestro imaginario, no sin poca repercusión. Según el mismo, toda entidad es idéntica así misma, ni puede ser dos cosas al mismo tiempo ni estar en dos sitios a la vez. Aparece una identidad monolítica, inherente al individuo, construida socialmente, proyectada en categorías tales comola nación, clase, ideología, familia, etnia, y, por supuesto, el género. Una y otra vez se intenta que prevalezca esa dimensión, estableciendo sistema de reglas, convenciones, normas sociales yprácticas institucionales que producen performativamente el sujeto que pretenden describir. Existen pautas de cómo debería comportarse un varón, heterosexual, de clase alta, cómo una mujer, homosexual, deetnia gitana, qué debe ofrecer un sistema de gobierno democrático y cómo son los ciudadanos que de él se derivan. Categorías, además, excluyentes, marcadas por el principio dicotómico amigo/enemigo,mujeres explotadas por hombres, negros por blancos, pobres por ricos y, así, sucesivamente.
Pero, ¿quién establece esas disposiciones? Y, sobre todo, ¿por qué las reproducimos?


Siguiendo conAristóteles, según él, el principio de justificación de la democracia ateniense estaba conectado con el énfasis en la igualdad política. Igualdad proyectada en unos ciudadanos libres para participaren el gobierno de sí mismos, ocupando los cargos públicos existentes y delineando, en consecuencia, una organización institucional próxima al ideal de democracia directa. Sin embargo, como reacción alos supuestos peligros de este modelo, extremadamente alarmante es que el hombre se gobierne a sí mismo decidiendo sobre lo que le concierne, ya el republicanismo protector, que entroncará más...