Feminización de la Migración
Feminización de la Migración
Hoy en día la migración es un asunto candente en la agenda política tanto
de los países llamados “emisores” como de los “receptores”. Los migrantes alivian
las presiones sociales y económicas en sus países de origen, disminuyendo los niveles de desempleo y atenuando la presión sobre los servicios públicos, a la par
que contribuyen en ocasiones sustancialmente a los ingresos nacionales, por vía
de las remesas que envían de vuelta a casa. Aunque la migración no es nada
nuevo en la historia de la humanidad, en el último par de décadas ha ganado
terreno la apreciación de que la migración es un proceso que implica múltiples
desplazamientos geográficos y que, por consiguiente, es un proceso que extiende relaciones sociales y económicas a través del espacio o de campos sociales
transnacionales.
África:
Las estadísticas regionales reflejan la feminización de la pobreza en África. Las
mujeres tienen menores ingresos, mas necesidades sin atender, ocupan empleos
peor remunerados y se sitúan, en mayor medida que los hombres, en la parte informal de la economía La feminización de la pobreza en África está cambiando
el perfil migratorio tradicional desde este continente, si antes eran los hombres
quienes emigraban a larga distancia, dejando a las mujeres y a la prole en el país
de origen, cada vez está adquiriendo mayor importancia la emigración femenina
interna e internacional de carácter autónomo en busca de un trabajo remunerado y de mejores oportunidades económicas, y ya no sólo con el objetivo de reunirse
con el esposo u otros familiares. En aquellos países en los que la globalización ha
venido acompañada de unos mayores índices de pobreza, dejando a las mujeres
con limitados derechos económicos, sociales y políticos, la emigración
internacional se presenta como una de las escasas alternativas Entre estas
mujeres que inician un proyecto migratorio internacional podemos encontrar personas no cualificadas, pero también una cantidad importante de migrantes
cualificadas, dados los mayores niveles educativos alcanzados en los últimos años
por las mujeres en algunos países africanos.
Así, doctoras y enfermeras han emigrado desde Nigeria a Arabia Saudí,
mientras que desde Ghana, Sudáfrica y Zimbawe estas profesionales se han dirigido principalmente hacia el Reino Unido, Estados Unidos y Canadá en busca
de un futuro más próspero. Francia, por su parte, también ha atraído una cantidad
creciente de mujeres cualificadas procedentes de zonas urbanas de Senegal
(UNUNFPA, 2006). Este importante flujo migratorio femenino internacional de
personal cualificado (enfermeras, doctoras y profesoras principalmente) está suponiendo la pérdida de un considerable número de profesionales, poniendo en
cuestión incluso la capacidad de estos países africanos para formar a otras
nuevas profesionales. Más aún, muchas de estas mujeres van a sufrir un proceso
de descualificación, al no obtener trabajos en el extranjero acordes a su nivel de
formación, sino de inferior categoría, y primar la consecución de ingresos económicos por encima del estatus social. Pero a pesar de todo ello, la fuga de
personal cualificado femenino todavía no ha despertado la atención suficiente
desde el ámbito académico o político. En África, al menos uno de cada dos
inmigrantes (47%) son mujeres: las mujeres y los niños constituyen el 70% de los
refugiados y desplazados en el continente. El aumento en el número de
inmigrantes mujeres se da principalmente en las subregiones del oeste y este de África. En el oeste y en el sur de África, un número cada vez mayor de mujeres
realiza un comercio transfronterizo, como las mujeres de Zimbabue encargadas de
las actividades comerciales con Sudáfrica. Las mujeres inmigrantes también se
dirigen a los países del norte, aunque en menor número que los hombres. 20.000 ...
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