fenomenologia
de la interpretación
(Fenomenología y hermenéutica)
Cario Sini
La fenomenología y la hermenéutica constituyen hoy en día dos direcciones del
pensamiento muy distintas. No es infrecuente el caso de aquellos estudiosos que,
siguiendo una de ellas, tienden a ignorar la otra, contentándose con una información
superficial, sin llegar a iniciar una profimdizacióncon respecto a las cuestiones que
de hecho tienen en común la tradición fenomenológica y la tradición hermenéutica.
Esta tradición, como se sabe, corresponde a los destinos de la obra de Husserl y de
Heidegger: destinos inicialmente entrelazados, después netamente divergentes y
marcados por una polémica no demasiado subterránea. Ahora bien, ¿es posible hoy
en día alentar una conciliaciónentre la postura fenomenológica y la postura hermenéutica? Ésta es la pregunta que se ha planteado en particular Paul Ricoeur. Volveremos brevemente sobre sus respuestas a dicha pregunta (respuestas por otra parte de
sobra conocidas), asumiéndolas como introducción a nuestro problema.
En un ensayo de 1975', Ricoeur sostiene que la hermenéutica se apoya en un
fundamento fenomenológico esencial. Escierto que la hermenéutica se ha alejado
progresivamente de dicho fundamento a lo largo de un camino totalmente peculiar,
pero también es verdad que, al término del camino, la hermenéutica acaba ejerciendo un «efecto retroactivo» sobre la fenomenología, liberándola de su componente
idealista y concienciaiista. En efecto, este componente «sucumbe a la crítica de la
filosofía hermenéutica». Nosucumbe, sin embargo, toda la perspectiva fenomenológica, por lo que la hermenéutica descubre al final que no puede renunciar, a su vez,
a un fiíndamento fenomenológico.
En el ensayo en cuestión, Ricoeur precisa algunas tesis de fondo del idealismo
fenomenológico husserliano, refiriéndose, bien al Nachwort ác Ideen de 1930, bien
a las Cartesianische Meditationem. Recordemos brevemente cuatro deellas:
' P. Ricoeur, «Phénoménologie et hermenéutiquc», en AA.W., Phdnomenohgie heute, Freiburg-München,
Alber, 1975, pp. 31-75. [Publicado con anterioridad en Man and World, La Haya, Martinus NijhofF, vol 7, n.» 3,
agosto 1974, pp. 223-253. Se trata, evidentemente, del ensayo recogido en el presente volumen (N. del T.).]
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1. La fenomenología persigue un ideal de cientificidadrigurosa que se propone
como fundamento del saber científico, articulado en disciplinas. Este fundamento
no apunta, sin embargo, a un formalismo axiomático o a un ingenuo experimentalismo fisicalista. La fundamentación y justificación última perseguida por la fenomenología no es algo «demostrable», sino que consiste más bien en la exigencia de
un radicalismo metodológico que supere cualquierpresupuesto o paradoja.
2. Para la fenomenología, «fundar» significa «ver». Frente a la deducción y al
constructivismo, la fenomenología privilegia la «intuición», la «visión de la esencia».
3. El lugar de la intuición y de la ocupación total de la evidencia es la esfera de
la subjetividad. Toda «trascendencia» es en efecto dudosa, una presunta trascendencia (en la medida en que es afectada por lasAbschattungen, o sea: por la donación,
mediante perfiles, constitutiva de los objetos de la experiencia). La inmanencia del
cogito es en cambio indudable: constituye una «presencia viva» en la que lo vivido y
la reflexión cogitativa dirigida a lo vivido coinciden. El cogito es transparente y se
autopertenece.
4. La subjetividad privilegiada no es la subjetividad empírica, objeto de lapsicología, sino la subjetividad trascendental revelada por la disminución de la actitud
natural en este ámbito trascendental: dominio de las operaciones fundantes que dan
«sentido» al mundo.
Observa Ricceur que es posible oponer, tesis contra tesis, la hermenéutica al idealismo husserliano:
1. El ideal de la cientificidad rigurosa se mantiene en el terreno del pensamiento objetivador, es decir, en...
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