Fernando Vallejo Y La Pol Tica

Fernando Vallejo y la política

Juan Diego Quiceno Mesa
Ya hacen parte de la historia los sueños que inundaban generaciones enteras de jóvenes que crecían inmersos en la vida pública de sus naciones. La política y el bien común no eran palabras cansonas y carentes de sentido, los jóvenes tomaban la batuta de constructores del futuro, y se disponían a trabajar por sus países desde diferentesfrentes, apoyando con su conocimiento, con su arte, con su palabra, los sueños de la sociedad a la que pertenecían, y cuando por diferentes circunstancias, tan comunes en nuestro continente, y más usuales en nuestra esquina del mundo, los valores en los que creían se veían amenazados por fuerzas externas, salían a las calles y hacían temblar hasta al más duro con gritos feroces de “ni un paso atrás”,plantando cara a los retos, siendo valientes de la mejor forma que es posible serlo: desde el corazón, negándose a la capitulación que siempre se ve reflejada fielmente en la indiferencia.
Mientras el mundo estaba pendiente de las dos guerras mundiales que desangraron en el siglo XX a Europa, en América, los colombianos vivíamos nuestras propias guerras. Santander vs Bolívar, federalistas vscentralistas, comunismo vs capitalismo, liberales vs conservadores; siempre en guerra, los mismos luchando por lo mismo: el botín de un país víctima de su propia riqueza. Terminaba la década del 40 cuando Gaitán cayó en manos de un fanático, de un loco, de un burgués, de un liberal, de un conservador, mucho se ha dicho del hombre que sin creer posible lo que desataría, disparó el arma, y prendió aColombia. Miles de personas con pañuelos rojos salieron a las calles dispuestos a su dar vida en venganza del caudillo, del futuro de Colombia, pero el resultado de que un pueblo que carece de cultura y educación salga a las calles furibundo, dispuesto a todo, no es la revolución política, es el caos, el desorden, la destrucción, y Bogotá, la capital de la nación, quedo en ruinas a manos de un montónde borrachos que se dedicaron a saquear y a llorar a su líder. Por eso Colombia es un país de líderes políticos, y no de partidos políticos.
Sin embargo, entre todo lo malo que siempre deja la sangre, aquellos años en Colombia fueron años de personas con pañuelos rojos y azules, y sí, nunca hemos sido capaces como pueblo de tolerar la diferencia, pero aquel pueblo, aquellas generaciones quenacieron y crecieron en las épocas partidistas de este país, no eran indiferentes. No es posible decir cuál de los dos bandos tenía la razón o cuál fue el culpable de la Colombia que tenemos hoy, pero tengo que admirar en un sentido muy político a aquellos colombianos que se inmiscuían en los destinos de su país, no de forma autentica, siempre siendo objeto de utilidad para unos más poderosos, perosiempre con el interés que hoy, en 2015, nos falta. La palabra “apolítico”, tan famosa hoy y que muchos enarbolan como bandera de pacifismo, pero que en realidad es la opción por no opinar, por no tomar partido, era un concepto impensable en aquellos colombianos que creían, bien o mal, en sus ideas políticas.
Esa época la vivió Fernando Vallejo; el escritor colombiano que ya no es colombiano, quereside de forma permanente en México, es un apasionado por la política colombiana. La odia. No confía en ella, la crítica y todo el que ose meterse en ella, pierde puntos de honestidad y autenticidad, pero solamente se puede odiar lo que se conoce tan bien como la palma de la mano, y Vallejo vivió la política tan de cerca, que aprendió a amarla, y a odiarla. Conoció tan de cerca el país que lo vionacer, y a los paisanos con los que vivió en Medellín, en el bar Miami donde de joven se emborrachó, y a los que vio morir, algunos por su deseo insaciable de acostarse con las bellezas que pasaban por Junín, y otros por el pañuelo rojo o azul que portaban.
“Yo no creo en ideologías. Creo en los hombres. En el hombre concreto que actúa así o asá”, de esa forma termina Vallejo la descripción de...