Festival de Tradiciones de Vida y Muerte

Festival de Tradiciones Vida y Muerte

Por Alejandra Flores

Los sentidos se pueblan de caricias con el olor del copal y la flor de tzempazuchitl. El corazón late al ritmo de las percusiones de la música tradicional del mayapax. Las delicias se derriten en la boca y en la piel se posan el poder de la oscuridad, de las velas titilantes y el silencio de la oración. Estamos en Quintana Roo, enla magna celebración del banquete de las ánimas, el Janal Pixan.
Familias de 35 comunidades mayas llegan puntuales a la cita del Primer Festival de Tradiciones de Vida y Muerte, Xcaret 2006, traen consigo sus trastes, sus velas, sus flores, sus cantos y sus rezos. Los hombres arriban dispuestos a escarbar el muuk, el horno de tierra en el que las mujeres cocinan, con pulcritud y destreza, losmukbipollos, enormes tamales rituales para las ofrendas a los Santos Difuntos. Los niños asisten listos para jugar al trompo, “igualito que en el pueblo”. Los sacerdotes acuden al llamado con la venía de sus santos y sus dioses, para ellos son las plegarias, los sahumerios, las peticiones por el descanso eterno de las almas.
Del 31 de octubre al 2 de noviembre, el parque Xcaret se convierte en unespacio para el encuentro; propios y extraños, nacionales y extranjeros, pueden escuchar las voces ancestrales, recorrer a pie los senderos, dejarse guiar por el sonido de los rezos, de los cantos, de la música y la seductora ondulación del humeante copal.
Al pie del Puente al Paraíso, el panteón del pueblo maya de Xcaret, se ubican los altares; ahí están las mesas con sus retratos, sus panes,sus platillos tradicionales; ahí están la miel, la tortilla, la flor de tzempazuchitl y el balché, la bebida sagrada hecha con la corteza del árbol; ahí descansan las cruces de ceniza y pétalos en flor, las velas encendidas, y al centro, presidiendo la mesa ritual: la cruz vestida con hipil bordado a mano. Ahí están también los rezadores, dando vida a los novenarios, bálsamo sonoro para acompañar,en lengua maya y español, el viaje de las ánimas.
Mujeres vestidas con hipiles bordados de flores y de grecas multicolores, apuran a los paseantes a degustar el dulce de yuca, el camote y la calabaza en tacha, el pan de muerto, el chocolate, el atole, el café, el agua de chaya, el relleno negro, los tamales de pollo o frijol tierno, la picosa salsa xnipek, hecha con chile habanero, cebolla moraday limón. Pacientes, sonrientes, generosas, explican la ardua preparación del pollo y el cerdo para el relleno negro, hablan de la entretenida faena de envolver los tamales y del gozo de sacar a tiempo del horno de tierra el mukbipollo, principal platillo en la mesa del Janal Pixan.
El olor, el color, el sabor de la tierra maya quintanarroense, permite conocer de cerca este pedacito de México,frontera cuya vista al mar Caribe impide, a veces, observar cómo tierra adentro vive hoy día el pueblo maya. Poseedores de un extenso territorio al centro y sur del estado, los mayas quintanarroenses cuentan su historia combatiente a través de una multitud de símbolos y misterios ancestrales. Rinden culto a la Santa Cruz, peregrinan de santuario en santuario conservando su música sagrada: elmayapax. Violín, tambor y tarola, generan los sones rituales, sonidos ceremoniales para acompañar los actos religiosos de petición de lluvias y misas patronales.
En Quintana Roo, el pueblo maya es un pueblo irredento. Desde 1858 y como resultado de la Guerra de Castas, optó por organizarse bajo un sistema de mandos militares que aún en nuestros días, custodia sus santuarios y protege a sus comunidades.Es un pueblo cuya cultura ancestral vive en sus usos y costumbres, en su comida, en su indumentaria, en los cantos y las danzas de sus fiestas patronales. La forma y el color de los bordados en los hipiles que visten sus mujeres, en el refinamiento de sus tallas en madera y caracol, en sus detallados tejidos de fibras naturales, en la calidad de su arte visual contemporáneo así como en la...