Fiat
1. Una invitación
Antes que una asociación, «FIAT» es una invitación dirigida a todo cristiano para que entre más en el «sí» de la Virgen María a la obra de la Redención. Es también una invitación a entrar en el Cenáculo, con María y los apóstoles, y a esperar allí, en un clima de oración compartida, el don del Espíritu Santo. Por último, es una invitación a entrar en el misteriode la Iglesia «sacramento o señal e instrumento de la íntima unión con Dios y de la unidad de todo el género humano» (Lumen Gentium 1).
2. El fruto de un encuentro
«FIAT» nació del encuentro entre Mons. Suenens y Veronica O’Brien en 1947. Verónica, a partir de los años 40, se entregó a la misión de fundar la Legión de María en Francia y en otros países de Europa. Mons. Suenens, por entoncesobispo auxiliar de Malinas-Bruselas, intentó entrar en contacto con ella para informarse sobre este tema.
Más tarde, se formó en torno a ellos un pequeño equipo internacional y apostólico que compartía un mismo itinerario espiritual. Este equipo, centrado en la oración y el compromiso al servicio de la Iglesia, desempeñó un papel importante en el seno de diferentes asociaciones ya existentes yllevaba ya en sí mismo las esperanzas del concilio Vaticano II.
En un retiro que tuvo lugar en Paray-le-Monial en 1981, este equipo se sintió llamado a entrar más en el «FIAT» de la Virgen María y, a través de ella, a descubrir su vocación propia en el seno de la Iglesia. A propuesta de Verónica, el grupo se concedió a sí mismo un amplio tiempo de oración a fin de buscar la voluntad de Dios.Fue en 1982 cuando nació «el grupo FIAT», de un modo todavía informal, y encontró un impulso misionero en septiembre de 1984 con el rosario «FIAT».
El 16 de julio de 1987, fiesta de Nuestra Señora del Monte Carmelo, tuvo lugar la fundación oficial de la Asociación «FIAT» con sus estatutos jurídicos.
3. Una espiritualidad
La fe cristiana constituye una riqueza espiritual inagotable y puedeasumir acentos muy diversos. En virtud de la preciosa herencia recibida de sus fundadores, la espiritualidad de «FIAT» pone de relieve en particular los vínculos que unen al Espíritu Santo, a la Virgen María y a Cristo Jesús.
Fueron, en efecto, el Espíritu Santo y María quienes «trajeron al mundo» al Hijo de Dios y quienes nos conducen todavía hoy hacia Él, hacia Jesucristo, el Enviado delPadre.
Tras haber sido bautizados en Cristo, nos hemos convertido en hijos e hijas de un mismo Padre del cielo y en hijos de la Iglesia.
A esta Iglesia, Cuerpo místico de Cristo, sobre la que reposa el Espíritu Santo y de la que María es icono y Madre, quiere amar y servir, filialmente, «FIAT».
En consecuencia, la espiritualidad de «FIAT» es, a la vez, trinitaria, mariana y eclesial.
«FIAT»se sitúa así en la corriente de gracia que fue y sigue siendo el concilio Vaticano II. El bautismo nos recuerda la significación del bautismo en el agua y el Espíritu Santo como una llamada de todos a la santidad, y subraya el papel de los laicos en la misión de la Iglesia, a fin de que el anuncio del Evangelio renueve las familias y toda la vida social.
En la carta apostólica Novo MillennioIneunte Juan Pablo II nos invita a «reflejar la luz de Cristo». En la del 16 de octubre de 2002, El Rosario de la Virgen María, nos propone «contemplar a Cristo con María». De este modo, se nos recuerda el papel fundamental de María en el camino de nuestra unión con Cristo y del anuncio de la Buena Nueva.
Toda la dinámica de la Asociación «FIAT» encuentra, por tanto, su fuente en el «Fiat» deMaría, el de la Anunciación, que vivió a lo largo de toda la vida de Jesús hasta el pie de la Cruz, un «Fiat» compartido con los apóstoles en el Cenáculo.
Este «Fiat» de María hace eco al de su Hijo –«Hágase tu voluntad»– y acompaña al de la Iglesia, bajo la guía del Espíritu Santo.
Este sencillo «Fiat» está en la base de los cinco pilares espirituales sobre los que está construida la...
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