Fidelidad y lealtad a dios
No obstante, en esa exploración resulta necesario, en primer término, que el hombre, se ubique dentro del contexto histórico y geográfico en que le ha tocado existir (1). Seimponen también otros análisis que se constituyen como esenciales, que están desarrollados en todas las lecturas de este ciclo, y que resultan necesarios en una primera búsqueda, de carácter introspectiva del hombre, y que derivan de la encarnación (2), la muerte en la cruz y de la resurrección (3), con el propósito, eso sí, de determinar la posibilidad efectiva de establecer vínculos con suprójimo, con su comunidad (4). Es en ese orden que se desarrollará la presente guía de lectura.
Como preámbulo, quisiera retomar de la introducción del libro La fe en Jesucristo, en la que Jon Sobrino nos presenta a Jesucristo como una parábola abierta, y advierte que depende de nosotros aceptar o no su significado. Así, además señala ese autor, que ese libro puede ayudar a formular los problemasque son de todos: qué esperar, qué hacer con la cruz, qué celebrar...
Esta reflexión, al igual que la exposición que hace el profesor Pimentel, en su artículo sobre La Carnalidad, nos conduce a tomar conciencia de una necesaria autorreflexión, en la soledad y en el silencio, ante perspectivas muy diferentes y conceptos novedosos de la humanidad, de Jesús y nuestra propia humanidad.
Estaconfrontación de ideas nuevas con las tradicionales, desencadena una serie de vertientes e encrucijadas reflexivas que provocan caos, confusión, regocijo, duda, esperanza, pero sobre todo nos colocan en una búsqueda de significados y respuestas, y con esto, creo, nos revitaliza, nos mueve, hacia dentro y hacia fuera de nosotros mismos.
1- Sobre nuestro contexto histórico:
Existe un denominadorcomún en los autores de las diferentes lecturas en relación con el entorno histórico en que vivimos. Así, podemos ver, que Pimentel nos ubica en un escenario mundial lleno de contradicciones y una época de transición, en la que el ser humano se encuentra en una realidad que se debate ante “la oportunidad-necesidad-enfrentamiento de modelos de convivencia que nos permitan refundarnos como humanidado, ese el camino actual mayoritariamente, destruirnos.” Este concepto trae implícito el conflicto, como reto esencial del hombre para redefinir su humanidad ante una posibilidad de desenlace bastante desesperanzador.
Para Elizabeth Johnson, el mundo de hoy está lleno de sufrimiento en una medida que supera lo imaginable. No obstante, señala que esto provoca que este sea el momento adecuadopara el debate en torno a la cristología. Muestra a un Jesús compasivo con los que sufren, sin embargo ante la situación del mundo se impone la interrogante sobre la relación de Jesús y el significado del sufrimiento.
En ese mismo sentido, Sobrino expone que el creyente está tomando postura ante una constelación de realidades, más allá de la realidad de Cristo. El autor si bien acepta laposibilidad de vivir en paz y con esperanza, también es conciente de la interrogante en cuanto a cómo compaginar señorío de Cristo y miseria en este mundo, ante una injusticia que raya en lo inhumano, una injusticia estructural en la que se da una exclusión e invisibilización de las víctimas. Se refiere a la injusticia histórica contra los pueblos crucificados (Ellacuría), y reflexiona entre la esperanzaderivada de una vida de cruz y la resurrección con evento irrepetible y como motor para la praxis hacia la justicia que cada uno de nosotros busca.
Con lo anterior, y en nuestro caso, desde la particular realidad de los pueblos latinoamericanos con modelos agotados e inculcados por siglos desde otras latitudes, se exige, el testimonio de la vivencia de fe como herramienta en contra de lo que...
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