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La manera en que cambia la forma de hacer las cosas, y cómo las adoptamos y adaptamos nos habla del potencial que los seres humanos tenemos para modificar nuestros esquemas mentales y laborales.
Es así, que la incursión de las Nuevas Tecnologías de la Información y la Comunicación han venido a transformar de manera importante los procesos de recolección, gestión, procesamiento y edición de lainformación, así como las dinámicas organizacionales en redacción y los ciclos de producción, sobre todo en lo relativo a rutinas periodísticas de un medio impreso.

La tecnología es moralmente neutra. Que la valoremos como buena o mala dependerá únicamente del uso que hagamos de ella. La tecnología nuclear, por ejemplo, puede usarse para producir electricidad que haga funcionar nuestrasciudades o para producir bombas que las destruyan. Nadie puede afirmar que las bombas atómicas son malas mientras no sean arrojadas, mientras permanezcan, por así decir, guardadas en un cajón. Estas son ideas de sentido común, acerca de las cuales todos estamos o deberíamos estar de acuerdo, ¿no es así? ¡Pues no! Es precisamente contra estas afirmaciones “de sentido común” que está escrito este artículo.Primero, hay que señalar, con Olivé (2000), que no es posible hablar de “la tecnología” en abstracto. Si pudiésemos hacerlo, si fuéramos capaces de hablar de la tecnología de un modo abstracto, totalmente descarnado, sin estudiar tecnologías concretas, entonces tal vez sí podríamos afirmar su neutralidad. En semejante nivel de abstracción, deberíamos definir tan vagamente la tecnología comodiciendo que es “la transformación colectiva de la realidad”1; y es evidente que, basados en una definición así de general, no tendríamos la posibilidad de establecer una valoración ética. Hablar de esta manera sería meter en el mismo saco, por ejemplo, a cosas tan diferentes como un cuchillo, un automóvil o un hospital. Esto resulta, a todas luces, muy poco preciso. Necesitaríamos un patrón que nospermitiese evaluar por igual cosas tan diferentes. Y no lo hay. La tecnología siempre está encarnada en sistemas concretos, los cuales sí son evaluables éticamente, como pronto vamos a ver.
En segundo lugar, debemos darnos cuenta de que, muy a menudo, nuestra visión de la tecnología se limita nada más a los artefactos, esto es, a los “objetos concretos que se usan al aplicar la técnica”2. En elejemplo citado arriba, las bombas atómicas serían los artefactos, y, en efecto, mientras éstos no se usasen, no habría manera de valorarlos moralmente. Sin embargo, podemos ampliar nuestro punto de vista y considerar al artefacto como una parte más de un determinado sistema técnico, sistema que posee unos objetivos perfectamente definidos (en el caso de las bombas, intimidar o atacar a un presuntoenemigo). Contemplados desde esta perspectiva, los artefactos resultan ser partes del sistema a evaluar, del mismo modo que lo son los individuos o la estructuración del mismo. Tenemos que evaluar el sistema en su conjunto, no sólo el artefacto, y el sistema sí puede ser evaluado, como veremos muy pronto.
Los dos últimos párrafos nos han conducido de manera natural a la noción de Sistema Técnico.Según Quintanilla (1998), la intuición subyacente a esta noción es la de que “un artefacto, junto con su usuario y los materiales que se pretende transformar, constituye un sistema técnico”3.
Vamos a definir, pues, siguiendo siempre a este autor, un sistema técnico ST=<C, E, O, R>, donde:
* C son los componentes del sistema: bajo esta denominación, entrarían tanto los componentesmateriales como los componentes humanos (gestores, usuarios, etc.) pertenecientes al sistema.
* E es la estructura, la forma en que es organizado el sistema. Cuando hablamos de la estructura nos referimos a un conjunto de procesos e interacciones, en general, un conjunto de acciones, que se pueden llevar a cabo sobre los componentes. Por ejemplo: usamos prácticamente los mismos componentes...