FIlosofía
Comenzando con una breve introducción y haciendo mención a Amelia Valcárcel empezamos a adentrarnos en un terreno pantanoso como es el de la prostitución. Una vez asumido que tal ejercicio no forma parte de una vida aceptable,el Parlamento no se esfuerza para la mejora de protección de las mujeres que se dedican a éste servicio. A su vez en España, dicho ejercicio no constituye un comportamiento delictivo aunque sí el forzamiento a éste o el beneficio del mismo. Normalmente, la prostitución siempre se ha considerado como una actividad inmoral, lo que significaría que incumple o destruye las reglas o normas por lasque se rige el comportamiento de un ser humano en relación a una sociedad o a sí mismo. Si bien es cierto, que el ejercicio de la prostitución nunca ha sido protegido por el Derecho Laboral ya que nos encontramos ante un contrato con objeto y/o causa ilícita. Debido a esto toda mujer que preste éste servicio carece de los beneficios de las condiciones laborales mínimas de las que disfruta cualquierotro trabajador. En ocasiones algunos jueces han accedido a condenar a los dueños de locales de alterne por imponer a las mujeres que allí ejercen los servicios, en condiciones labores que claramente perjudican sus derechos. La oscuridad que asola la prostitución en cada uno de sus ámbitos se debe a las cifras de negocio que se obtienen de la misma y al número de personas que tenemos que situartanto en la oferta como en la demanda.
Siguiendo con el hilo del tema e intentando dar algo de luz al mismo, grandes estudios han encontrado tres modelos normativos por lo que se rige la prostitución. El primer modelo, prohibicionismo, en donde se castigan el comportamiento tanto del cliente como de la prostituta o bien sólo el de uno de ellos. El segundo modelo, reglamentarismo, se caracterizapor asumir que la prostitución es un mal menor. Éste modelo ha sido el común en la historia de España, desde la conocida “Edad de Plata” donde la reglamentación del ejercicio tenía como único fin alertar y prevenir de enfermedades de trasmisión sexual, hasta finales del s.XIX en donde la reglamentación iba de la mano del aprecio social y jurídico de la prostituta. Llegamos al último modelo,abolicionismo, en donde se castiga a toda persona que para satisfacer las pasiones y deseos de otra: contrata la prostitución como ejercicio o explota la prostitución de otra persona. Así pues, el abolicionismo se trataría de que el Estado concentrara sus intereses en la desaparición de la prostitución ya que de igual forma, el ejercicio de la prostitución se toleraba por no añadirle una sanción penal oadministrativa a la mujer que presta el servicio. Ante éste modelo debemos decir que no sólo nos encontramos ante un modo de vida que nadie desearía sino que las conductas de los intermediarios y del cliente en sí, ya no como cliente sino como explotador, deberían de ser recogidas y castigadas por el Estado. Deberíamos ver por encima de todo éste tema y reconocer que la prostitución es una formade esclavitud, de explotación denigrante contra la mujer y que además atenta contra sus derechos. Aunque llegados a tal punto, la forma más sencilla de negar éste problema es afirmar que la prostituta lo hace de forma voluntaria y con lo cual es libre de alejarse del servicio… pero seamos realistas, aunque la mujer sea libre de ejercer el servicio la gran mayoría cuando se adentran en el...
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