Filosofar como nuestros Ancestros
Reflexiones sobre María de la Onza, Filosofar como nuestros ancestros.
Nuestros territorios atribuyen desde el cuerpo la problemática de lo orgánico, estableciendo lareferencia de ese ente femenino que posee ciertas habilidades, que corresponde a la esencia latinoamericana concebida en un manto de poesía, construyendo en los aborígenes una variable de nombres, de ciertascualidades tejidas en la antropofagia de esa mujer peluda, de aquella diosa de la naturaleza. Revisando La mujer Salvaje del Monte Solitario escrito por Gilberto Antonilez en el libro El Agujero dela Serpiente publicado en 1998, cohesiona un aspecto importante que se redefine en esa variable lingüística que comprende un molde amorfo.
En el territorio venezolano específicamente en las montañasde Yaracuy-San Felipe se le rinde culto a María de la Onza, pero cuando se abarca la referencia desde el territorio colombiano la mancarita establece esa visión de un cuerpo amorfo, dicho cuerpocomprende un solo seno, así como un aspecto corpóreo selvático; posee ciertas afinidades por los niños y hombres, estableciendo imitaciones con su voz para atraer a una persona. En el caso de Brasil lacaipora es una aborigen pequeña y fuerte, configurándose una belleza salvaje, cuando se alude a su cabellera suelta, hacedora de males, pero confluye con su aspecto ardiente, de juventud plena ycautivadora, también conocida como Flor del Bosque envuelta en travesuras a quien irrespeta la caza.
Filosofar como nuestros ancestros requiere poseer la sensibilidad del campo, oler la tierramojada, comprender que la mujer salvaje es aquella que su cuerpo se dibuja con poderes orgánicos, la mujer peluda acude a esa esencia del cuerpo femenino latinoamericano, que cautiva porque es una vasijade perfume, concebida en el poder del canto poético, tejedora de deseos y encantos. Respirar la belleza que oculta nuestros montes, ver el reflejo pulcro de un río que enarbola los espíritus...
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