Filosofia Griega
Una recepción reflexiva de la divinidad
La religión y la moral de la Grecia posthomérica ofrecen un aspecto de rasgos sombríos: la expiación por el homicidio, el culto de las almas y los sacrificios en honor de los muertos aparecen por primera vez o llegan a ser la regla allí donde antes eran tan sólo la excepción.
A los primeros pensadores, los llamados órficos, o"teólogos" según Aristóteles, y a los que es lícito caracterizar como el ala derecha de la más antigua falange de pensadores griegos, las leyendas comunes de los dioses helénicos les parecían insuficientes, en parte porque contradecían unas exigencias éticas mínimas, y en parte porque las respuestas que daban a la interrogación por el origen de las cosas eran demasiado vagas y toscas. Con Ferécides deSiros a la cabeza y bajo una influencia babilónica que se percibe en los estudios astronómicos y en algunos de los nombres como el que designa el mar (Ogenos, muy cercano al Okéanos griego), conformaron en sus teogonías una extraña amalgama de un poco de ciencia, algo de teoría y mucha interpretación mitológica. Es casi un lugar común en los relatos antiguos de la creación que un combate entre losdioses preceda al establecimiento del régimen vigente en el universo; esta suposición tan difundida reposa sobre una consideración bastante obvia para el pensamiento de un hombre primitivo: el reino del orden difícilmente puede ser un hecho primordial, puesto que los seres poderosos -que intuye más allá en el mundo exterior- los imagina animados por una voluntad tan arbitraria y por pasiones nomenos indomables que los miembros más destacados de la única sociedad que él conoce, la humana, tan alejada de la disciplina y del orden. Por tanto, la presunción de que la regularidad es comprobable en los ritmos de la naturaleza ha de ser una ley impuesta a los vencidos por la voluntad del vencedor.
Filosofía, teología y moral fueron de la mano, como se ve, desde los tiempos más remotos y apartir de Sócrates alcanzaron un grado de implicación mutua indisoluble en la sentencia oudeís ekón hamartánei (nadie peca voluntariamente). Esa pequeña frase forma la expresión terminante de la convicción de que toda infracción moral proviene del intelecto y descansa en un error del entendimiento. Es decir: quien conoce lo que es justo, lo realiza; la única fuente de toda falta moral es la falta decomprensión.
El alma y las ideas
El camino de la comprensión, que se iniciaba con la pretensión de conocer el origen del mundo y de las cosas -y con la atribución a personajes superiores de lo que resultaba incomprensible a la observación-, tuvo en Platón un nuevo hito: la doctrina del alma y de las ideas, y con ella, la cosificación de lo intangible. Una abstracción de la que seguimos viviendocasi dos milenios y medio más tarde.
Estamos hablando, por supuesto, con Platón pero también con la religión de los faraones, de la inmortalidad del alma, de la trascendencia absoluta. Intuido con más o menos acierto el origen del mundo y constatada nuestra presencia en él, lo que el ser humano pretende es mantenerse aquí no el máximo tiempo posible, sino eternamente. Habiendo concebido a losdioses como seres humanos portentosos, los mortales nos emulamos con ellos. Ya no se trata de luchas entre dioses, sino de una lucha de los hombres concebidos como héroes (en griego lucha es ágon, de donde proviene nuestro vocablo "agonía") hasta alcanzar y allanar las lindes del Olimpo.
Teología aristotélica
Sin embargo, no tarda en manifestarse la primera crisis entre fe y razón, entre laconstatación de los límites de la inteligencia humana y su pretensión obsesiva de eternidad. En Aristóteles se hace evidente que la religión precede a la teología, e incluso que ésta precede a la filosofía. La emoción y la intuición vaga de lo divino es anterior a la aplicación sistemática del pensamiento a las cosas divinas, y lo condiciona.
Con frecuencia Aristóteles se expresa en sus escritos...
Regístrate para leer el documento completo.