Filosofia y globalizacion
La globalización es un tema de suma actualidad que habitualmente se trata desde una perspectiva económica, política, jurídica, comunicacional o sociológica y mucho menos frecuentemente desde una filosófica. Por eso tiene interés el volumen que se comenta aquí (Ignacio Ayestarán, Xabier Insausti y Rafael Águila (Eds.) (2008) Filosofía en un mundo global, Anthropos,Barcelona) porque aborda el citado fenómeno desde una perspectiva poco empleada en este menester. La tarea corre a cargo de un nutrido grupo de profesores de filosofía de la Universidad del País Vasco, con algún escaso añadido de fuera. El trabajo es meritorio, aunque el resultado deje algo que desear. Bien sea porque los editores se han pronunciado por un tipo de consideración en el que se décabida a muchas voces (lo cual obliga a que las aportaciones sean, a veces, excesivamente breves, casi esquemáticas), bien porque muchos de los análisis que en la obra se hacen toman pie en investigaciones anteriores en otros campos del conocimiento no estrictamente filosófico. En todo caso no podré comentar todas las aportaciones y lo haré sólo con las que más me han interesado, sin demérito algunopara las demás.
En un prólogo que firman los tres editores se advierte que la globalización es un fenómeno de interés mundial (dos millones de entradas en Google para la búsqueda "globalización" + "filosofía" en inglés) y que, tras la caída del muro de Berlín, la gran oposición contemporánea era de los ricos contra los pobres, una oposición que va a peor por cuanto los ricos son cada vez másricos y los pobres cada vez más pobres.
La primera parte es una historia de fenómenos culturales de la globalización en la que se tratan sobre todo cuestiones relativas a la idea del progreso y el cosmopolitismo. Este cosmopolitismo estaba ya presente en el discurso panhelenista de los sofistas, según Javier Aguirre (Panhelenismo y cosmopolitismo en el pensamiento griego antiguo). Por otro lado,Xabier Palacios entiende que la globalización refleja la crisis de la mundialización de la filosofía de la historia, basada en las categorías de progreso y de historia-mundo (p. 41) y añade una muy perspicaz observación, en el sentido de que las restricciones a la libertad de circulación de las personas (que es un derecho fundamental) conviven con la paradoja de que, en cambio, dicho derechofundamental se reconozca a las mercancías. Es una metáfora por cuanto las mercancías no son titulares de derechos, pero suficientemente significativa ya que ese derecho de circulación irrestricta de mercancías afecta a quienes las producen en tanto que productores, pero no como seres humanos sin más. En un interesante ensayo (La idea del progreso y el problema del mal), Luis Garagalza coincide en quela globalización implica el vaciamiento de la idea de progreso (del siglo XIX) y su mercantilización en la que el ser humano queda reducido a una especie de autómata que se rige por un estricto cálculo de costes-beneficios. Echa mano de las ideas de Jean-Pierre Dupuy para poner de manifiesto que el fenómeno del mal rompe el paradigma del hombre como egoísta racional.
El segundo bloque versa sobreMass Media, tecnologías audiovisuales y cibercultura en la era de la tecnología digital. Título desmesurado. Extraigo una referencia de Xavier Puig Peñalosa a la venerable idea de que nuestra sociedad es una "sociedad del espectáculo" en la que la imagen es la protagonista con independencia de su mensaje (p. 61) y un muy interesante y original ensayo de Gotzon Arrizabalaga sobre Música en la eradigital en el que dictamina "que ya es prácticamente imposible diferenciar un sonido producido originalmente de forma analógica de su reproducción digital." Sostiene el autor que este hecho es poco interesante (p. 72). Entiendo que según a qué respecto. Para una consideración de la calidad de la audición musical es básico. Andoni Alonso (Globalización, tecnociencia y cibercultura) parte de la...
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