filosofia
Texto 1:
Presentamos una serie de textos pertenecientes al Discurso del Método de Descartes. En el Texto1 Descartes habla del buen sentido y acerca de las reglas del Método. El Texto2 trata acerca de la duda métodica y su desaparición con el descubrimiento del cógito. El Texto3 trata acerca de Dios. El Texto 4 describe el argumento ontológico y elconocimiento de Dios y del alma. El Texto5 analiza la cuestión de la existencia de la realidad externa y a Dios como el fundamento de su verdad.
Texto 2:
Hacía mucho tiempo que había advertido que, tal como se ha dicho anteriormente, en lo referente a lascostumbres, es preciso seguir a veces opiniones que se sabe son muy inciertas, como si fueran indudables, pero dado que entonces sólo deseabaentregarme a la investigación de la verdad, pensé que era necesario que hiciese todo lo contrario, y que rechazase como absolutamente falso todo aquello en que pudiera imaginar la menor duda, a fin de ver si después de esto, no me quedaría alguna cosa en mi creencia que fuera enteramente indudable. Asi, puesto que nuestros sentidos en ocasiones nos engañan, quise suponer que no había nada que fuese talcomo ellos nos lo hacen imaginar. Y como hay hombres que se equivocan al razonar, incluso sobre las cuestiones más simples de geometría, y cometen en ellas paralogismos, juzgando que estaba expuesto a errar como cualquier otro, rechacé como falsas todas las razones que antes había aceptado por demostraciones. Y, en fín, considerando que los mismos pensamientos que tenemos estando despiertos puedentambién sobrevenirnos cuandodormimos, sin que entonces haya ninguno que sea verdadero, resolví fingir que todas las cosas que hasta entoces habían entrado en mi espíritu no eran más verdaderas que las ilusiones de mis sueños.
Pero inmediatamente después advertí que, mientras quería pensar así que todo era falso, era preciso necesariamente que yo, que lo pensaba, fuese alguna cosa. Y, reparandoque esta verdad: pienso, luego soy, era tan firme y tan segura que todas las suposiciones más extravagantes de los escépticos no eran capaces de conmoverla, juzgué que podía aceptarla, sin escrúpulo, como el primer principiode la filosofía que buscaba. Luego, al examinar con atención lo que yo era y al ver que podía fingir que no tenía cuerpo alguno, y que no había mundo ni lugar alguno en el queyo me hallase, pero no podía fingir por eso que no era nada, y que, por el contrario, de esto mismo que pensaba de dudar la verdad de las demás cosas, se deducía muy evidente y ciertamente que yo era,......conocí por esto que yo era una sustancia cuya esencia o naturaleza es pensar y que, para ser, no necesita de lugar alguno nidepende de ninguna cosa material. De modo que este yo, es decir,el alma por la cual soy lo que soy, es enteramentedistinta al cuerpo, e incluso más fácil de conocer que él y que, aunque él no fuese, (el alma) no dejaría en modo alguno de ser todo lo que es.
Texto 3:
A continuación, reflexionando sobre el hecho de que dudaba y que por consiguiente, mi ser no era del todo perfecto, pues advertía claramente que era mayor perfección conocer que dudar, traté deindagar de dónde había aprendido a pensar en algo más perfecto de lo que yo era.....Respecto a los pensamientos que tenía de muchas otras cosas fuera de mí, como el cielo, la tierra, la luz, el calor y otras mil, no me era tan difícil saber en modo alguno de dónde procedían, porque, no observando en ellos nada que pareciera hacerlos superiores a mí, podría creer que, si eran verdaderos, dependían de minaturaleza en tanto que ella posee la perfección del pensamiento.....Pero no podía ser lo mismo sobre la idea de un ser más perfecto que el mío;....y puesto que no hay menos repugnancia en que lo más perfecto sea consecuencia y dependencia de lo menos perfecto que la que hay en que de la nada proceda alguna cosa, tampoco podía proceder (tal idea) de mísmo. De suerte que sólo restaba el que...
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