Filosofia
Como consecuencia, el estado general de cosas deseables, bajo la óptica del conservador, implica un criterio de normalidad sobre la base del cual operan los individuos. Es decir, se establece un sistema moral comprensivo definitorio de la ubicuidad humana en cuanto a su práctica social, y se considera como desviada unapráctica social que escape a los criterios del sistema moral. De aquí se colige que el conservador tenga pretensiones de universalidad no solo en el campo del discurso, sino también respecto de los estados de conciencia ajenos.
El liberal, en cambio, no exige un sistema moral que implique un criterio de normalidad vinculante para la praxis de los agentes sociales, a menos que esta normalidad sea la de lalibertad de conciencia. Así, el sistema se fundamenta en la raigambre de una sociedad civil heterogénea y tolerante respecto de los distintos criterios morales involucrados en el intercambio de acciones y discursos, y sólo tiene aspiraciones de objetividad en el nivel del discurso como forma de interacción inter-subjetiva en el plano legislativo formal y procedimental. De este modo no existenprácticas sociales desviadas de jerarquía inferior en cuanto practica, a menos que esta práctica sea la exclusión o discriminación deliberada de una o varias formas distintas de comprender los criterios morales a titulo individual de otros agentes. Las pretensiones de generalización o universalización de las razones que nos llevan a actuar fueron abandonadas en el acto constitutivo de la posiciónliberal.
Surge a partir de esta encrucijada, la pregunta, “¿Es la ponderación moral individual del aborto aplicable a otros?”[2] Es decir, ¿En qué medida son extrapolables las consideraciones morales en torno al aborto a los demás sujetos racionales que conforman nuestra comunidad política? La divergencia en la contestación de esta pregunta muestra cuán sublime es la cisura entre ambas posturasdentro de la filosofía occidental moderna.[3] Para el conservador “el aborto es (siempre) intrínsecamente malo, es siempre un acto injusto, pues priva al no nacido del mayor bien que le es debido; su vida” (Yánez, 1990: 123). En cambio, el liberal asume que “En una sociedad pluralista, deberíamos tolerar a aquéllos que no comparten nuestras posiciones morales y dejar la decisión de abortar a lainteresada” (Singer, 2003: 179).
Mi tesis, en relación a la interrogante planteada precedentemente, se plantea en los siguientes términos. La consideración moral respecto al aborto es siempre un juicio individual dotado de parcialidad moral y cognitiva, y, por tanto, debe supeditarse siempre a la deliberación consensual como única forma legítima de solución social. Esto, como una lecturamedianamente sagaz puede comprender, no zanja la condición moral objetiva o metafísica del aborto. Lejos de pretender una comprensión nouménica de la interrupción voluntaria del embarazo que nos permita una ponderación moral radical y absoluta, mi tesis busca confirmar algo menos ambicioso, a saber, que el aborto tiene un carácter fenoménico que solo es constatable mediante formas consensuales (o...
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