Filosofia
Los nuevos desafíos
de la gerencia educativa
Luis Hernando Ramírez Reyes, Ph. D.
Licenciado en Educación, Universidad del Valle. Máster (M.Ed.) en Administración Educativa, Georgia State University. Especia- lista (S.Ed.) en Educación, Georgia State University. Doctor (Ph.D.) en Administración y Liderazgo Educativo, Georgia State University. Profesor del Área de Gestión,Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas, Universidad de La Sabana.
E-mail: luish.ramirez@unisabana.edu.co
Nunca dudes de que un pequeño número de personas puede cambiar el mundo;
de hecho, es lo único que siempre lo ha logrado.
Margaret Mead
Introducción
uenta el premio Nobel de literatura V. S. Naipaul que hace algunos años, viajando por Java, conoció a un
joven de 28años que, antes que nada, quería llegar a ser un poeta y vivir “la vida de la mente”. Esta ambición había nacido en él gracias a la moderna educación que había recibido, a pesar de la cual le resultaba muy difícil explicarle a su madre lo que quería llegar a ser, no obstante que ella, dentro del contexto de la cultura javanesa, era una mujer refinada, educada yelegante.
“Le pregunté, pues, al joven -continúa Nai-
paul-: ‘¿Pero no se siente secretamente orgullosa tu madre de que tú seas un poeta?’, y él me res- pondió en inglés: ‘Ella ni siquiera tendría el sentido de lo que es ser poeta’. A lo que su amigo y profesor (quien lo acompañaba en ese momento) añadió: ‘La única manera de que él (el joven poeta) pudiese hacer enten- der a sumadre lo que está tratando de lograr sería sugerirle que él es un poeta en la tradi- ción clásica. Pero ella encontraría ello absur- do, algo imposible’ “.Y sería una imposibili- dad, añade Naipaul, porque, para la madre del poeta, la épica de su país ya había sido
escrita, en especial a través de los textos sagra-
dos. Dicha épica representaba la perfección de su cultura y, enconsecuencia, no habría libro poético alguno que pudiese añadir nada más a la grandeza de lo ya escrito. La pretensión de su hijo de ser poeta, nos aclara Naipaul, era como si en Occidente alguien dijese que iba
a añadir un nuevo libro a la Biblia o a reescri- bir Don Quijote de la Mancha, sin reproducir el original en nada, como nos lo narra Borges en alguna de sus historias.
De una manera u otra,escribir acerca de los desafíos que hoy en día deben enfrentar las instituciones educativas y quienes las dirigen me hace sentir como el joven poeta de Java, no por la edad, obviamente, sino porque son muchos los analistas, expertos y autoridades que han reflexionado acerca de estos temas en Colombia y en el mundo, incluyendo ins- tituciones como la Unesco y el Banco Mun- dial, lo que me ha hechosentir, por momen- tos, que no es mucho lo que tendría para añadir sobre lo ya escrito y publicado.
La realidad anterior no excluye, sin embargo, la posibilidad de que pueda haber otras mira- das y experiencias personales que ameriten ser compartidas con quienes se interesan por estos temas, producto de mi quehacer como educador, como directivo de la educación en diversas oportunidades de mivida profesio- nal y como profesor de administración y de educación, tanto en pregrado como en pos- tgrado.Y, como en otros escritos y oportuni- dades, busco, ante todo, inquietar a quienes me lean, para ayudar así, quizás, a transformar posiciones personales y realidades institucio- nales y culturales que se dan por sentadas hoy en día y que, en consecuencia, se acep- tan como parte denuestra forma de ser y de
hacer las cosas en el país, en educación y en
la gerencia de las instituciones educativas. Estas reflexiones son resultado de cierta sen- sibilidad personal y profesional, necesaria para pensar acerca de hechos y realidades que pueden pasar inadvertidos para otros y que pueden no tener para ellos especial sig- nificado en sus vidas, sensibilidad que,...
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