filosofia
en los que se acusa a la razón de todos nuestros males y en los que un falso y
superficial hedonismo, unido a unas fuertesdosis de engaño y superstición,
impregna todos los ámbitos de nuestra existencia. Los sofistas del siglo XXI son
todos aquellos que, con el índice de las audiencias en la mano, se reúnen para dar
alpueblo lo que éste, dicen, les pide, ni siquiera argumentan sus posturas, son
directamente los “intérpretes de la voluntad popular”... Así pues, los ecos de la
caverna platónica resuenan aún ennuestros días con luces más fulgurantes, pero
también falsas y espeluznantes.
El idealismo, como actitud que pone por encima las ideas, que cree
firmemente en su poder de transformación de larealidad, es también una clara
herencia que hemos recibido de Platón. Al menos, siempre nos cabe la posibilidad
de pensar que el mundo puede ser trasformado puesto que no aceptamos la verdad
injusta quese nos presenta como un hecho insalvable. El sueño utópico de Platón,
aunque hoy seamos más conscientes de las pesadillas que pueden encerrar algunos
sueños, resulta bastante atractivo por mostrarsu distancia crítica con lo que
llamamos realidad. Por ello, La República ha sido objeto de múltiples estudios e
interpretaciones a la par que modelo, a su vez, de otros proyectos utópicos.
En elfragmento que hemos comentado se refleja la preocupación platónica
por encauzar adecuadamente la educación. Una de las posibles lecturas de la
República es la de ver en la obra todo un programaeducativo ideado por Platón
como alternativa a los males de su tiempo. Y éste es un tema de bastante
actualidad, pues esa preocupación por cómo debe ser la educación, qué contenidos
deben ser objetode aprendizaje y estudio y qué métodos son los idóneos para tal
fin es hoy objeto de un vivo debate en nuestra sociedad. Así, es habitual que, ante
cualquier problema social (drogas, violencia,...
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