filosofo
Joaquín Ferrer Arellano
SOBRE LA FE FILOSÓFICA: AMOR Y APERTURA A LA TRASCENDENCIA
Mavarra
SOBRE LA FE FILOSÓFICA: AMOR Y APERTURA A LA TRASCENDENCIA
1. Suponemos admitido —de lo contrario no se ve la marera de escapar a un escepticismo radical intrínsecamente contradictorio— un saber más o menos vivencial y atemático acerca del valor incondicionado o absoluto del ser-absuelto de todarelación a un más allá de sí mismo— implícito en cualquier experiencia propiamente humana, por modesta e intrascendente que la supongamos. El saber acerca del ser en cuanto tal, se muestra a la reflexión, en efecto, como un primum cognitum en cualquier aprehensión intelectiva, vigente siempre en un per-ceptum; como la condición a priori de posibilidad de la conciencia y de todas sus aprehensionesintelectivas categoriales; como el saber acerca de un valor absoluto omniabarcante que, contraído en cada caso a unas determinaciones peculiares, pertenece de suyo a lo captado (a priori material) y no solo a su manera de aprehenderlo (a priori formal). La reflexión metafísica lo explicitará como un valor necesario omnicomprensivo y envolvente ■—trascendental— captado por el ente abierto al serque lo trasciende (constituyéndolo); como el resultado de una abstracción impropiamente dicha, en cuanto no prescinde de nada concreto, sino que reúne en significación actual, aunque implícita y confusamente, a todas las modalidades que lo participan, en una unidad proporcional o analógica que remite a la Trascendencia de un Ser Absoluto. Pero aunque no se realice una reflexión metafísica comola que acabo de sugerir, no hay duda de que, en todo caso, la significación vivencial, ejercida (Erlebnis), de la absolutez y de la necesidad del ser y de sus trascendentales, está implícita en lo que podíamos denominar la
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JOAQUÍN F E R R E R ARELLANO
apertura trascendental, entendida como aptitud de saber originario y originante —fundante—■ de todo saber categorial, y de quereroriginario y originante —fundante— de toda decisión voluntaria (en unidad estructural).
2. Si son justas las observaciones que preceden, el sentido de toda justificación racional del Misterio del Ser Absoluto transcendente al universo de los entes, fundamento radical y exhaustivo del mundo, no es propiamente el de lograr una ascensión del pensamiento que parta del mundo para llegar a lohasta entonces totalmente desconocido, sino un desarrollo y explicitacion (toma de conciencia refleja) del saber atemático y vivencia! acerca de la absolutez y necesidad del ser; una explicitacion mediada por el saber acerca del ente mundano, que se revela, en perspectiva transcendental, como finito, no necesario y no absoluto, en un proceso de decepción progresiva que permite descubrirlo comoíntegramente fundado en el Absoluto y Necesario Ser irrestricto que lo trasciende en la inmanencia misma de su influjo causal creador. Noción esta que sociológicamente coincide, aunque de manera inadecuada, con el Dios de los creyentes en la Revelación judeocristiana.
3- El propósito de este artículo no es otro que señalar una forma de explicitacion de Dios previa a la que compete a la metafísicatemática —explicativa y etiológica— de manera tal que ia implica y la suscita como problema, haciéndola además exis-tencialmente posible: realizable en una actitud personal consecuente. Se trata de una explicitacion comprensiva, preexplica-f.va y cuasi intuitiva de la Trascendencia, que emerge de la subjetividad de manera espontánea, por connaturalidad con una determinada actitud subjetiva: de laactitud posibilitante de una comprensión del hombre como «ser-en-el-mundo», que remite asin fóticamente a una Trascendencia personal y absoluta.
En sentido amplio, todo conocimiento humano (con la única exclusión del que compete a los sentidos externos, determinado a un solo objeto) es conocimiento por connaturalidad. No puede concebirse, en efecto, tal determinado encuentro noético con las...
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