Fin de año - Crónica

Christian Gaitán – Periodismo 1°B TN
Me desperté sin saber dónde estaba. Acostado boca abajo y todavía con los ojos cerrados, intente encontraralguna señal de familiaridad en el lugar. De repente, una voz a lo lejos me dio tranquilidad. Ahora sabía en donde estaba, pero seguía sin saber cómohabía llegado hasta ese lugar.
Las imágenes empezaron a aparecer como una presentación de diapositivas sin ninguna correlación. La picada, un vaso. Elasado, un vaso. El postre, un vaso. El brindis, una copa. Un beso. Un abrazo. Más besos, más abrazos, más copas. Vacío.
Gire en la cama hasta quedarboca arriba, respire profundo y me incorpore hasta poder sentarme sobre uno de los lados. Empecé a repasar el piso con la mirada, tratando deencontrar la camisa, el pantalón y las zapatillas que llevaba puestas la noche anterior. De repente un dolor fuerte me penetro la cabeza dejándome inmóvilpor unos segundos. Creo que llegue a balbucear la frase “no toma nunca más”, aun sabiendo que era un sinsentido.
Salí de la habitación buscandoalguna cara conocida, pero sobre todas las cosas, buscando explicaciones. Y ahí estaban ellos, los mismos personajes que aparecían en las diapositivas.Yo no me acuerdo demasiado del último día del año viejo y mucho menos del primero del año nuevo, pero pueden
Christian Gaitán – Periodismo 1°B TNpreguntarles a ellos. A los que no les importa el donde, el cómo ni el cuándo. Tampoco si son buenas o malas. A ellos que siempre están. Mis amigos.