fiorini- los procesos estatales

1
~

I

~

.1

¡
~.
I

i

. ~

~

1.

CAPíTULO SEGUNDO

EL ESTADO Y LOS PROCESOS ESTATALES

llmUOGRAf¡II ;

Bidart Campos G ., Derecho constituciollal, t. 1, Buenos
Aires ; Bielsa R ... Derecho constitucional, págs. 160-184, ·
Buen os Aires, 1959; Bosch J. T ., Ensayo de interpretación
de la doctrina de la separación de los poderes, Bs. Aires,
1944; Carré deMalberg, R., Teoría general del Estado;
págs. 249-270, México, 1948; García Morente M., Ensayos
sobre el progreso, Madrid, 1934; Kelsen H., Teoría gene­
ral del Estado, págs. 299-340, Barcelona, 1934; lbáñez
Frocham M .. La jurisdicción, págs. 59-104 y 135-146, Bue­
110S Aires, 1972; Lascano D., Jurisdicción y competencia, .
págs. 31-130, Buenos Aires, 1941; Lowestein K., Teoría
de laConstitución , págs. 32·55, Barcelona , 1965; Merkl,
Teorla general" del derecho administrativo, págs . 13-61 y
208-229, Madrid , s/ f;Oliva Vélez H . A., La· doctrina de
la separaciórt de los padéres en el der~l:ho dÚIStituciona[
de los EE.UU. de N.A. : "La Ley", t. 58. págs, )lO . Y sigs.•
Villegas Basavilbaso B., Derecho Admil1istrativo, t. Il, págs.
\21-63. Buenos Aires , 1950.

TURIDICO

1.PERSONALID r\ DDEL ESTADO y ORDENAMIENTO

El problema de la personalidad del Estado se ha superado
en nuestros días ; no hay autor que sostenga que la subjetividad
estatal no puede existir. El constitucionalismo de nuestros días
sustenta, aunque con distintas ideologías, la presencia del Estado
de deredJo y su vi gencia. Rec ibe críticas la concepción del pasa­
do, que di stinguía laexistenci a de la personalidad est;:ltal como
calco similar al del derecho privado que manifiesta la concepción
sobre la perso na física y similar a la persona jurídica. La letra ex­

:'.:".

DE R ECHO ADM [ NI ST RA T I VO

.

' .: La conc~pción prl~ativista: s,6bre la perscinalidad jurídica se
ha desplazado en esta forma en .el campo del dereCho pú blico , pro­
vocando 'engorros. El derecho público necesita -la instrumenta­
Gróride sujetos de' derecho completamente distintos a los del de­
·re. ho privado,E11egislador ha debido establec~r personas de­
¿
mandilbles sin que tengan patrimonio', legitimándolos como parte
en los litigi o~, tamb ién ha acontecido con órganos de la Adminis­
tración sin personalidad jurídica. Los tribunales fe derales per­
miten lademandabilidad de la Dirección General Impositiva eI),
forma directa, sin tener ésta carácter de sujeto de derecho, pues
es un órgano descentralizado de la Administración pública de la
Nación.
También la jurisprudencia, con idéntica consideración, acep­
tó que la ex Dirección General de Ferrocarriles de la· Nación ac­
tuara como parte aclora en la ejecución. de créditos ante los es­
trados judiciales.La falta de una personalidad expresa y la au­
sencia de patrimonio propio, que tanto resalta la concepción pr;­
vativista como necesarios para la existencia de la persona j1:lrícl i-

1at ~ 1 :.

p resa de nuestra Constitución, superior a cua lquie r disquisición
doctrinaria proveniente de autores que miran las no rmas de su
país proyectándo las luego como doc trina unive rs al ,concurre para
comprobar que esa afirmación es errónea .
La Constitución de los argentinos , en varios de sus artículos ,
utiliza en distinta form a la denominación sobre la personalidad
jurídica estatal: a veces como Nación , otras como República y
en otras ~omo Estado, pero todas acep tan la concepción substan­
cial sobre su personificación jurídica. El artículo 100, a dife­
rencia de laConstitución de los EE. UU . de N . A., coloca a la
Nación como parte en los juicios, es deCi r sujeto litigante ante la
justicia. Todas estas denominaciones justifican que el legislador
haya dispuesto en el artículo 33 del Código Civil que el Estado
Naciona,l, las Provincias y los Municipios ,' son personas de dere­
cho pú~licC? El reconocimiento de la personalidad jurídica del
EstadO, débe~e...